Setenta y cinco años después de la liberación de Auschwitz, los supervivientes del Holocausto se reúnen este lunes en este lugar del sur de Polonia para honrar a los más de 1,1 millones de víctimas, principalmente judíos, en medio de una gran preocupación por el resurgimiento del antisemitismo.
Más de 200 supervivientes, procedentes de todo el mundo, se congregarán en el lugar del antiguo campo nazi de Auschwitz para compartir sus testimonios que, a la luz de la reciente ola de ataques antisemitas a ambos lados del Atlántico, vienen a ser una advertencia.
'Queremos que la próxima generación sepa lo que hemos vivido, y que nunca se repita', declaró el domingo David Marks, superviviente de Auschwitz de 93 años, con la voz entrecortada por la emoción.
Treinta y cinco miembros de su familia cercana y lejana de judíos rumanos murieron en Auschwitz, el campo de exterminio más grande levantado por la Alemania nazi y convertido en el símbolo de los seis millones de judíos europeos asesinados en el Holocausto.
Desde mediados de 1942, los nazis deportaron sistemáticamente a los judíos de toda Europa a seis grandes campos de exterminio: Auschwitz-Birkenau, Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor y Treblinka.
Los organizadores quieren que la ceremonia conmemorativa del lunes se centre en lo que los supervivientes tienen que decir, en vez de en las disputas políticas que empañaron los preparativos del aniversario.
'Se trata de supervivientes, no de política', declaró el domingo a la AFP Ronald Lauder, jefe del Congreso Judío Mundial, tras llegar al lugar que albergaba el antiguo campo de Auschwitz, transformado en un monumento y museo administrado por Polonia.
'Observamos un aumento del antisemitismo y no queremos que su pasado (el de los supervivientes) sea el futuro de sus hijos o de sus nietos', insistió.
Representantes de la realeza, jefes de Estado y de gobierno de casi 60 países asistirán a la ceremonia. Pero en ausencia de los líderes de las grandes potencias.
Israel celebró el jueves en Jerusalén su propio foro sobre el Holocausto, que contó con la asistencia de personalidades como el vicepresidente estadounidense Mike Pence, el presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo ruso Vladimir Putin. Ninguno de ellos irá a Auschwitz.
En diciembre, el presidente ruso provocó indignación en Occidente al afirmar erróneamente que Polonia había actuado en connivencia con Adolf Hitler y contribuido al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente polaco, Andrzej Duda, acusó a Putin de haber intentado reescribir la historia y no acudió al foro de Jerusalén porque se le negó la posibilidad de expresarse. Pronunciará un discurso este lunes en Auschwitz.