Cuando Lisette Cervantes se despidió de su natal Barranquilla jamás se imaginó estar 'atrapada' a miles de kilómetros de distancia en un país y una cultura completamente distinta con el riesgo de la propagación de un virus que ya cobra miles de muertes.
Cervantes ganó una beca para estudiar en la Universidad de Nanjing, pero sus clases fueron suspendidas a principios de enero por la propagación del Covid-19, un virus respiratorio que ha ocasionado más de 2.000 muertes en China.
'La universidad por seguridad nos recomendó abastecernos con comida y además, cerraron las puertas de los dormitorios', contó Cervantes en exclusiva para EL HERALDO.
Inicialmente a los estudiantes se les permitía cocinar, pero luego el consejo académico facilitó las comidas diarias a un costo más bajo de lo normal.
Cervantes relata que se creó un grupo de apoyo que se encargaba de ayudar a los estudiantes a comprar medicinas o utensilios de aseo en caso de necesitarlos.
La joven barranquillera cuenta que 'también se les estaban brindando ayuda psicológica', así como descargas de películas y acceso a páginas webs anteriormente bloqueadas.
En todo el tiempo resguardada en su habitación universitaria, Lisette Cervantes obtuvo un permiso del recinto educativo y del Consulado colombiano hasta julio para abandonar China y regresar a su Barranquilla añorada. Un proceso que describió con una palabra: 'odisea'.
Un vuelo de la aerolínea Aeroflot la llevó desde Nanjing hasta Moscú. Al llegar y salir en ambas ciudades tuvo que pasar por controles sanitarios. 'Gracias a Dios todo estuvo bajo control'. Tras abandonar la capital moscovita, su escala la dejó en Bélgica el 7 de febrero donde en compañía de unos amigos realizó cuarentena de manera voluntaria por 14 días. 'Fue desesperante', confesó.
Transcurridas las dos semanas de cuarentena en la casa de un amigo belga, Cervantes decidió tomar un avión para llegar a Barranquilla mientras espera a que la situación con la propagación del coronavirus. 'Si bien tengo permiso por largo tiempo tengo que esperar a la evolución de la situación y debo esperar a lo que me diga la universidad'.
Cervantes agregó que algunos de los connacionales repartidos en China también han salido del país, pero otros han decidido esperar.