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El coloso, de 3.763 m de altura, registró un 'cambio en el patrón eruptivo y en actividad efusiva (explosiva), con explosiones moderadas y fuertes que generan retumbos y ondas de choque', dijo a periodistas David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).

De León explicó que el aumento en la actividad eruptiva generó una columna de ceniza que se levantó unos mil metros sobre el cráter, dejando caer 'finas partículas' en un municipio y cinco comunidades al sur del volcán, aunque de momento no se han ordenado evacuaciones.

Por su lado, el Instituto de Vulcanología recomendó a la Conred mantener el monitoreo a la evolución de la fuerte actividad eruptiva del volcán, la segunda en lo que va del año.

El nuevo incremento de las explosiones y expulsión de ceniza ocurre en momentos que el país afronta la crisis internacional por la pandemia del nuevo coronavirus, que ha dejado 17 contagios en la nación centroamericana, entre ellos un fallecido.

Desde este domingo, y por una semana, Guatemala estará sometida a un toque de queda parcial de 12 horas entre la tarde y madrugada, ordenado por el gobierno al endurecer las medidas para contener la COVID-19.

El Fuego registró el 3 de junio de 2018 una potente erupción que provocó una avalancha de gases, ceniza y rocas ardientes que arrasó una comunidad y dejó 202 muertos y 229 desaparecidos.

Los otros volcanes activos en Guatemala son el Pacaya, cercano al sur de la capital, y el Santiaguito, en el altiplano occidental.