Mauricio J. Claver-Carone asume desde hoy la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se convierte en el primer representante de Estados Unidos en ocupar este cargo.
El cubano americano reemplaza al colombiano Luis Alberto Moreno, quien llevaba 15 años liderando el rumbo del banco de desarrollo.
Claver-Carone fue elegido hace menos de un mes durante una reunión por vía electrónica de la Asamblea de Gobernadores del Banco. Era el único candidato para ocupar el cargo, luego de que otros dos aspirantes se retiraran.
Como presidente, será responsable de las operaciones del Grupo BID, que está formado por el BID, BID Invest y BID Lab. Estará en el cargo por un periodo de 5 años.
Será el quinto presidente del Banco. Le anteceden Luis Alberto Moreno (2005-2020), Enrique V. Iglesias (1988-2005), Antonio Ortiz Mena (1971-1988) y Felipe Herrera (1960-1971).
¿Quién es?
Claver-Carone se desempeñaba como asistente adjunto del presidente de los Estados Unidos y director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos.
Además, fue representante de los Estados Unidos ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y asesor senior del subsecretario de Asuntos Internacionales en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Obtuvo su licenciatura de Rollins College, un doctorado en Derecho de la Universidad Católica Americana y una maestría en Derecho Internacional y Comparado del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown.
La institución
El BID tiene un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de América Latina y el Caribe, pues es una de sus principales fuentes de financiamiento a largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional.
El BID también realiza proyectos de investigación y ofrece asesoría sobre políticas, asistencia técnica y capacitación a clientes públicos y privados en toda la región. Actualmente cuenta con 48 países miembros.
El BID y Colombia
En los últimos 20 años el Banco aprobó USD12 mil millones en operaciones con garantía soberana a Colombia, en apoyo principalmente a las áreas de transporte, agua y saneamiento, reforma y modernización del estado, desarrollo urbano y vivienda y mercados financieros.
Además, aprobó cerca de USD234 millones en cooperación técnica y financiamientos no reembolsables para inversión.