Lis Alberto Arce Catacora es el nuevo presidente de Bolivia, quien este domingo asume las riendas de su país en medio de fuertes tensiones políticas y el inminente regreso de Morales, quien planea volver desde Argentina a principios de la próxima semana.
Arce es reconocido por sus partidarios como el arquitecto del 'milagro' de crecimiento de Bolivia en la década de 2000 que sacó a muchos de la línea de la pobreza en una de las naciones más empobrecidas de América del Sur, cuando dirigió la economía del país andino durante más de una década bajo el Gobierno del expresidente Evo Morales.
Luis Arce Catacora, quien habla inglés y portugués, se ha desempeñado mayormente como funcionario público del estado boliviano. Su vida laboral empezó en 1987 cuando ingresó al banco Central de Bolivia (BCB), en donde llegaría a realizar gran parte de su carrera profesional.
De 1992 a 2005 trabajó en la Gerencia de Operaciones Internacionales del Banco Central de Bolivia como Subgerente de Reservas. Entre 1994 y 1995 fue ascendido al cargo de jefe del Departamento de Información y Publicaciones, de la Subgerencia de Investigación y Análisis, dependiente de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Central Bolivia.
Con 57 años, Luis Arce estudió en la estatal Universidad Mayor de San Andrés en La Paz e hizo una maestría en la universidad británica de Warwick.
Tiene un perfil más tecnócrata que político. También se dedicó a la docencia y encabezó numerosos cursos en universidades de Bolivia, Estados Unidos y otros países de América Latina, entre ellas Harvard, Columbia y la Universidad de Buenos Aires.
Para sus simpatizantes, es un cerebro financiero. Para expertos en política internacional, es un delfín más. Para Evo Morales, es su ficha clave. Pero para los bolivianos es su nuevo presidente. Uno que, con 57 años y a pesar de las controversias, alcanzó el mando y aseguró el retorno al poder del partido Movimiento Al Socialismo (MAS).
Antes de que los votos a favor se convirtieran en su pase a la victoria, prometió reconstruir las finanzas de la nación y devolverle la estabilidad, ofrecimiento que desde ya muchos de sus detractores ponen en tela de juicio.
A diferencia de Morales, un indígena aymara líder sindical de los cocaleros que se convirtió en una figura casi de culto, Arce creció en un hogar de clase media de La Paz y es conocido por hablar en voz baja y mantener un perfil personal bajo.
Sin embargo, Arce ha tomado medidas para distanciarse de Morales y aseguró que el expresidente 'no va a tener ningún rol' en su administración más allá de su influencia como líder del partido.