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Una multitud de personas con banderas ucranianas rodearon al embajador ruso Serguéi Andréyev durante la celebración de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, el pasado 9 de mayo.

En medio de la conmoción un grupo de personas le arrojó en la cara jarabe de color rojo cuando se disponía a depositar flores en el cementerio dedicado a los soldados soviéticos caídos en la contienda mundial.

Andréyev admitió que las autoridades polacas habían advertido que incidentes como estos podían suceder y por eso le habían sugerido no presentarse al memorial.