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Brasil sigue sufriendo por los azotes de la ola invernal. Las víctimas fatales de las fuertes lluvias que azotan el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil, rodean los 80, el mismo número de personas que siguen desaparecidas.

El anterior se ha convertido en el mayor desastre de los últimos 50 años en Recife, la capital regional, según informaron fuentes oficiales.