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Se disputaba el tercer set en las semifinales de Roland Garros entre el noruego Casper Ruud y el croata Marin Cilic con normalidad hasta que un hecho paralizó todo.

Saliendo de lo deportivo, una mujer corrió, invadió la cancha y se ató a la malla.

De inmediato, la seguridad del torneo la rodeó a fin de escoltarla a la salida y permitir la continuidad del duelo.