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Aterrados y estupefactos. Así han quedado varios miembros de la comunidad internacional durante los últimos días, luego de que saliera a la luz pública un macabro e insólito hecho que involucra el robo y la comercialización de restos humanos, y a una de las universidades más prestigiosas del mundo, perteneciente a lo que se conoce en Estados Unidos como la Ivy League.