En Indiana, Estados Unidos, un niño de seis meses de nacido estuvo a punto de morir luego de ser atacado por ratas.
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Los roedores lo habrían mordido por todo el cuerpo mientras dormía con su padre, quien lo trasladó de inmediato a un centro asistencial al percatarse de lo sucedido.
El pequeño fue remitido a tiempo a emergencias y, según información preliminar, se encuentra fuera de peligro, por lo cual las autoridades realizaron una inspección de la vivienda.
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Al llegar al lugar, se percataron de las malas condiciones en la que se encontraba la residencia donde vive el bebé en compañía de su padre.
La vivienda tenía excremento de ratas, restos de comidas, entre otros aspectos relacionados con el desaseo y que perjudican la salud de cualquier persona.
En cuanto al menor, se conoció que tuvo cerca de 50 mordidas de ratas en su cara, nariz, mejillas y frente, además tuvo una lesión grave en sus dedos por lo que tuvo que ser amputado.
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