En 2003 el jeque de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Rashid Al Maktum, presentó un ambicioso proyecto: la construcción de 300 islas artificiales dispuestas para que los más ricos las convirtieran en lujosos espacios. Hoy, 21 años después, son un desierto. Sin lujos y con poco de lo prometido.
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La idea de ‘El Mundo’ – como se le llamó por la forma de mapamundi que se aprecia desde el aire- era el negocio alterno al que le apostaba EAU para reducir su dependencia al petróleo, combustible que ha hecho a varios países árabes en prósperos económicamente hablando.
Por eso, se presentaba a este complejo de islas como el megaproyecto que resultaría en grandes dividendos para el emirato y en una nueva atracción para los más acaudalados que podían darse el lujo de hacerse con una de estas islas, además de poder contar con resorts y atracciones. O al menos eso se decía.
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Para la construcción de este centenar de islas se contó con una inversión de US$12 mil millones y el uso de casi 321 millones de metros cúbicos de arena y 386 millones de toneladas de piedra que sigue siendo solo arena, piedras y una que otra propiedad.
“Y el modelo de las islas artificiales, que ha sido copiado por otros países como Nigeria, ha tenido sus éxitos y sus fracasos”, le explica a BBC Mundo el profesor Alastair Bonnett, geógrafo de la Universidad de Newcastle y autor del libro ‘Un viaje dentro de la era de las islas artificiales’.
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Pero en este caso no se podría hablar de fracaso pues el megaproyecto no está abandonado y sigue en pie ahora a cargo de la empresa Nakheel Properties, quien continúa buscando recursos para seguir adelante.
El ritmo de construcción es evidentemente lento y con opacas esperanzas para que termine en el menor tiempo posible, tanto que el portal web Top Luxury acaba de considerar a ‘El Mundo’ como el “mega proyecto más inservible del mundo”.
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“Ninguno de los planes previstos se ha realizado todavía. Tal como están las cosas, las islas que conforman ‘El Mundo’ están en su mayoría desiertas, son unos sectores de arena vacíos”, señala el portal.
Pese al lento desarrollo en más de dos décadas y con el 60 % de las propiedades vendidas, el complejo de islas ya empieza a presentar signos de erosión, según apuntan algunas investigaciones, lo que agrava la situación.
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Ni que decir de las denuncias hechas por parte de organizaciones medioambientales que han advertido de los daños a los ecosistemas marinos. Hecho que Nakheel Properties acepta pero se defiende asegurando que se contrató a un equipo de biólogos marinos para reconstruir y rehabilitar los arrecifes afectados.
