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El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, activó este martes la Carta Democrática del organismo para Venezuela, un paso sin precedentes que abre un proceso que puede llevar a su suspensión del ente.

Almagro por primera vez activa la carta a un Estado miembro contra la voluntad de su Gobierno recurriendo al artículo 20 para 'solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros entre el 10 y el 20 de junio de 2016 (reunión de los estados miembros del organismo)', un procedimiento que 'deberá atender a la alteración del orden constitucional y cómo la misma afecta gravemente el orden democrático' de Venezuela.

La Carta Democrática es un instrumento jurídico para la preservación de la institucionalidad democrática del que se dotaron los Estados miembros de la OEA por unanimidad hace 15 años. Tiene 28 puntos y queda recogida en un pequeño librito azul tamaño bolsillo que ha sido más visto que nunca estas últimas semanas en los pasillos de la sede de la OEA en Washington.

Para entender al detalle lo que implica esto, EL HERALDO consultó a dos internacionalistas: Vicente Torrijos, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario y Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la misma institución de educación superior, para conocer en qué consiste esta decisión y los alcances que puede tener.

¿Qué implica la activación de esta carta?

Vicente Torrijos califica como 'sumamente grave' la decisión tomada para un régimen como el de Maduro. 'Porque va a inaugurar la aplicación de la carta que significa nada menos que la exclusión de Venezuela del Sistema Interamericano si se logra comprobar que hay una alteración del orden constitucional', explica.

Añade que será el Consejo Permanente el que tendrá que tomar esa decisión, 'pero prácticamente todos los países coinciden en que en Venezuela se está produciendo una grave alteración política del orden constitucional por maniobras de tipo jurídico que alteran el orden democrático. Ilustrándolo con la negativa a la convocatoria del referendo mediante el cual se podría empezar a solucionar la crisis política', apunta.

Por su parte, Ronald Rodríguez ve más allá de las posibles sanciones. 'Realmente no es que Venezuela quede sancionada, e incluso su salida no será tan trascendente porque Venezuela lleva más de 10 años retirándose poco a poco de la OEA. Ya no admite la competencia ni de la Comisión ni de la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque creen que este sistema favorece la lógica norteamericana', afirma.

Para él, esto es un mensaje muy claro para América Latina, en el cual no se está dispuesto a volver a las dictaduras, y que las acciones de la Organización de Estados Americanos es la forma de llamar la atención de Venezuela y evitar tener un retroceso de los 30 o 40 años en cuanto a las acciones antidemocráticas.

¿Qué mensaje envía la OEA con su decisión?

Logrando 23 votos requerido en el Consejo Permanente de los Estados miembros, que se reunirá entre el 10 y el 20 de junio próximo, se podrían comenzar gestiones de tipo diplomáticas para normalizar la vida democrática venezolana. 'También es cierto que se puede comprobar que se ha cometido una ruptura del orden democrático se podría llegar a una suspensión', asegura Torrijos.

Para Rodríguez este es un mensaje en el cual se dice que no se va a permitir que ningún gobierno le tuerza el brazo a la democracia y se vuelva a las dictaduras, porque recordando la historia, todas las dictaduras de América Latina se valieron de la legalidad para mantenerse en el poder.

¿Qué hechos llevaron a la activación?

'En el caso venezolano la constitución solo se ha reformado una vez, en una enmienda constitucional formulada y preguntada al pueblo. Esa legitimidad electoral la ha perdido Venezuela en los últimos tres años, desde la elección dudosa de Maduro, hasta la derrota electoral que logró la oposición propinarle al oficialismo', recordó Ronald Rodríguez, quien también señala que Venezuela ya no tiene la cantidad de aliados que tenía antes, 'el cambio de gobierno en Argentina pesa'.

Vicente Torrijos, en cambio, analiza históricamente la carta y los hechos similares que produjeron su creación. 'En los años 90, (Alberto) Fujimori, presidente de Perú entre 1990 y 2000, prácticamente dio un autogolpe de estado violando el orden constitucional autocráticamente. Con el fin que esto no se repitiera más es que se expide la Carta Democrática de la OEA. Básicamente lo que se trata de decir al régimen venezolano es que está completamente aislado y marginado, que tiene posibilidades de reconsiderarlo y buscar una solución de acuerdo con la constitución', indicó.

¿Cómo queda Venezuela después de la decisión de Almagro?

Torrijos considera que no es tan simple como decir que se trata de un acto formal. 'El país queda en una situación sumamente débil, queda excluido. Moralmente condenado. Podría llegar a tener unas implicaciones económicas y comerciales, pero eso ya lo define cada país. Las relaciones con la Unión Europea y Estados Unidos se afectarían, se aplicarían restricciones en el plano comercial', añadió.

Venezuela con su presidente de turno, Hugo Chávez apoyó la creación de la Carta. Según sostuvo Rodríguez 'se reconocía a la oposición como antidemocrática y al gobierno como prodemocrático'. Y apunta que 'hoy es al revés, el gobierno de Maduro es antidemocrático y la oposición prodemocrática'.

Para él, esta decisión 'es un espaldarazo internacional. En el 2004 Chávez se vio abocado a aceptar el referendo revocatorio, no como dicen ellos por motivos de voluntad sino por la presión internacional. Lo que hizo que Maduro aceptara los resultados de diciembre fue eso mismo', rememoró.

En resumen

La decisión tomada por la Organización de Estados Americanos se debe a una alteración política del orden constitucional en Venezuela, que, según la OEA, significa la salida del camino democrático del país. Esta se activa cuando se rompe o altera el orden democrático en un Estado miembro.

La aplicación de la Carta busca que a través de reuniones de los 34 estados miembros del organismo se logre una solución junto al presidente Maduro para encaminar nuevamente hacia la democracia al país, evitando un régimen dictatorial.

En caso de que el mandatario venezolano no acepte el diálogo, se expulsará al país del organismo, lo que implica quedar aislado y tener restricciones de orden económico y comercial.