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Cabizbajos y con muy pocas pertenencias entre sus manos, llegaron ayer procedentes de El Carmen de Bolívar los familiares de Rosa Elvira Medina Grajales y Adriana Marcela Grajales Medina, quienes, como madre e hija, fueron víctimas el pasado viernes de las balas de Carlos Arévalo González, patrullero de la Policía Metropolitana de Cartagena, natural de Puerto Colombia (Atlántico).

Arévalo González, de 25 años, quien no pagará ante la justicia porque tomó la decisión de suicidarse de un disparo en la cabeza, fue responsable del asesinato de su exsuegra, Rosa Medina, de 45, y mantiene entre la vida a la muerte a Adriana Grajales, de 23, novia del patrullero durante dos años.

Aunque Grajales Medina permanecía con signos vitales al cierre de esta edición, el pronóstico no es el más alentador. En la unidad de Cuidados intensivos de la Clínica Blas de Lezo ha sido sometida a varias reanimaciones, luego de ingresar al centro médico con dos impactos de bala en la cabeza.

Mientras esperan un milagro que le permita a Adriana Grajales ganarle la carrera a la muerte, a las afueras de Medicina Legal los allegados a las víctimas realizaban ayer los trámites para reclamar el cadáver de Rosa Elvira Medina, de quien solo podrán conservar sus recuerdos.

Rosmary Medina, prima de la exsuegra del patrullero, dialogó con EL HERALDO sobre lo que, asegura, durante los últimos meses se había convertido en un tormento para su familia.

'Aunque se ha dicho que Adriana y ese muchacho eran marido y mujer, lo que estaba pasando entre ellos era algo muy distinto. Desde hace dos meses habían terminado la relación, porque el policía tenía otra mujer. Sin embargo, él no dejaba de perseguirla', informó Medina.

Según Rosmary Medina, durante la mañana del pasado viernes se presentó un altercado que, horas más tarde, marcaría el trágico desenlace que hoy enluta a toda una familia.

'Las amigas de Adriana nos comentaron que en la mañana de ayer (pasado viernes) el policía estuvo en la universidad donde ella estudia, pero no pudo verla. Estaba muy alterado porque decía que se la estaban escondiendo. Horas más tarde se metió de sorpresa en la casa. Según los vecinos, ese tipo llegó haciendo disparos desde la ventana. Del resto, ya sabemos lo que pasó', agregó Medina, con lágrimas en sus ojos.

Según familiares de las dos mujeres, recientemente habían interpuesto una denuncia debido a varios altercados entre la expareja.

Allegados a las dos mujeres víctimas de la violencia, pidieron a la Policía Metropolitana de Cartagena una explicación de lo ocurrido. Aseguran que no han tenido ningún contacto con la institución.

HABLA LA FAMILIA DEL POLICÍA. Soledad Avial, madre de crianza del patrullero Carlos Arévalo González, recibió con sorpresa la trágica noticia reportada en los principales medios del país.

En Puerto Colombia, lugar de procedencia del patrullero, Avial recordó a su hijo como 'una persona callada, que siempre soñó con ser policía'.

Según relató la mujer, Arévalo González tenía dos años de ser miembro de la Policía Metropolitana de Cartagena, para lo cual debió hacer el curso en El Espinal (Tolima).

'Lo recuerdo como un buen hijo. Nunca conocí a esa novia, de la que habla la prensa', fueron las cortas palabras de la madre de crianza del Policía.

Por Israel González Díaz
Cartagena