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Advirtiendo que 'la situación está siendo puesta en conocimiento de la Fiscalía', el banco Davivienda se pronunció ayer acerca de la estafa de la que se señala a su exfuncionaria Patricia Insignares Sueke.

Después de las consultas que le realizó este diario la corporación indicó en comunicado de prensa que de acuerdo con la información recibida, la exgerente de la oficina de la carrera 54 con calle 74 'habría estafado a varias personas a través de distintas modalidades'.

El banco sostuvo que con algunas de estas personas Insignares 'habría realizado negocios personales, con otras habría actuado en nombre del banco y al parecer de un tercer grupo habría obtenido dinero prestado, a título personal, que no devolvió'.

Por ello enfatizó en que 'nuestros clientes pueden tener la tranquilidad de que Davivienda responderá por el dinero en aquellos negocios en los que la exfuncionaria actuó en nombre del banco'.

Más afectados. Gente que conoció a Insignares, cuyo paradero actual es desconocido, aseguró que son muchos los afectados por su accionar. De hecho, aunque hasta ahora solo tres personas se han pronunciado públicamente al respecto, hay otras que ya han manifestado su intención de hacerlo.

Las fuentes también mencionaron que el esquema montado por la exgerente empezó a derrumbarse cuando ella enfermó, el año pasado, pues empezó a ausentarse de la corporación y a fallar en la entrega de los intereses que había prometido a quienes supuestamente estafó.

'Pagaba intereses altísimos en principio, pero después fue incumpliendo. Lo que hacía era tapar un hueco abriendo otro, es decir, utilizaba la plata de unos para pagarles a otros, prestaba plata a prestamistas y también les quedaba mal, hasta que no pudo más', comentó una de las personas.

Grupo de oración. Otro de los afectados describió a Patricia Insignares como una mujer elegante, que siempre vestía ropa y accesorios de calidad. Sobre su personalidad varios coincidieron en que se mostraba dulce y generaba gran confianza, aparte de que permanentemente mencionaba a Dios. Incluso, según dijeron, lideraba un grupo de oración que solía reunirse en su apartamento en el norte de la ciudad, al que invitó a algunos de los que hoy dicen haber sido estafados por ella.