Confidencias, letra del compositor vallenato Gustavo Gutiérrez Cabello, fue la canción que el médico Jorge Daza Barriga siempre pidió, en medio de parrandas entre amigos, que fuera su himno de despedida del mundo de los vivos, y así se hizo.
Ayer, hacia las 5 de la tarde, decenas de personas corearon la melodía, con el acompañamiento del acordeón del rey vallenato Julio Rojas, en el cementerio Jardines de la Eternidad, la última morada del especialista asesinado.
...Si pudiera volver al pasado en confidencias disfrutaría de tus besos con mayor encanto y en confidencia te pediría Bésame todos los días hasta la hora de la muerte y más allá de la muerte no me olvides vida mía…
(La música vallenata, una de las grandes pasiones de Daza, no faltó en el funeral).
El pasado viernes, la ciudad fue testigo del acto criminal en el que perdió la vida Daza Barriga, de 63 años de edad y nacido en Distracción, La Guajira. Sicarios a bordo de un vehículo particular llegaron hasta su vivienda en el barrio Ciudad Jardín y, sin dejar que este bajara de una camioneta, le dispararon en siete oportunidades. El neurólogo murió minutos después en el Hospital Metropolitano, muy cerca del lugar del atentado.
Poco antes de que sonaran los ritmos vallenatos, hubo una sentida ceremonia en la capilla del camposanto. En esta intervinieron miembros de la Logia Masónica a la que pertenecía Daza Barriga como inspector general del grado 33, el máximo nivel dentro de la orden.
Por este grupo habló el excomandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla De León, que exaltó la labor de Daza Barriga al servicio de la medicina y también como miembro de la logia.
Junto al féretro en el que permanecían los restos del médico, el general Padilla dijo: 'no quisiera ser el portador de esas voces que gritan en el corazón de todos los guajiros de la Alta y Media Guajira en donde están al unísono señalando a los responsables de este hecho'.
Seguido, el excomandante expresó: 'esperamos que las autoridades reciban las informaciones correspondientes y hagan justicia en este caso insólito'.
Minutos después, otro masón leyó el 'decreto 003', texto en el que la orden condenaba los hechos en los que perdió la vida el médico Jorge Daza, le enviaban las más sinceras condolencias a su compañera, Socorro Páez de Daza, y a sus tres hijos, y además demostró el profundo dolor que todos sentían en la logia por la trágica y repentina muerte de su 'inspector general en grado 33'.
'Me siento culpable'. Con evidentes muestras de dolor, Bladimiro Cuello Daza, hermano del especialista asesinado, tomó la palabra en el acto, tras la eucaristía celebrada por el obispo auxiliar de Barranquilla, Víctor Tamayo.
Para dirigirse a los presentes, Cuello Daza fue escoltado hasta el atril de la capilla por uniformados de la Unidad Nacional de Protección, UNP. Estos luego se situaron detrás de él.
En su discurso, el excandidato a la gobernación de La Guajira señaló que un hombre bueno como su hermano 'no merecía morir víctima de la barbarie, cobarde y demencial, que una facción criminal tiene montada en nuestra amada Guajira'.
Seguido, el también exparlamentario mencionó: 'qué pena contigo hermano, qué pena con tus hijos, con tus nietos, tus pacientes, con tu Distra (Distracción) del alma, del cual he tenido que alejarme a consecuencia de esta situación. Me siento culpable hermano mío de que hayas sido un blanco mortal solo por aconsejarme… Por eso te atacaron de la manera más cruel e irracional, en un hecho cantado, en un hecho anunciado, mi hermano, que me obliga a preguntarme: ¿por qué las autoridades no lo impidieron si hace rato lo veníamos diciendo, si hace rato las veníamos alertando?'.
En medio del llanto, Cuello Daza remató con la expresión: 'vamos a pedirle a Dios por esos matones y por esas matonas, por tus asesinos, para que se les ilumine la mente y pidan perdón. A tus asesinos y asesinas les reitero que no vamos a responder con violencia'...
Más reacciones. Ese era el médico de mi mamá…; ese man me dio clase a mí…; sí, él cantaba vallenato…; su consultorio estaba en la calle 80, allí muchas veces ni cobraba…; estas fueron algunas de las expresiones que se escucharon una y otra vez ayer en medio del sepelio del neurólogo.
Entre familiares, amigos, colegas, alumnos y un sinnúmero de personas que en algún momento tuvieron que ver con el médico Daza Barriga, saltaban anécdotas no sólo en la órbita de su profesión sino también de su pasión: el canto y la música vallenata.
Uno de estos apuntes lo lanzó el rey vallenato Julio Rojas, amigo del médico, y según él, uno de sus fieles pacientes.
Antes de tomar el acordeón para iniciar con el homenaje de despedida, el músico contó que una vez, con un fuerte dolor de cabeza, llegó hasta el consultorio del doctor Daza y le pidió el favor que le calmara 'el asunto' y el médico le respondió: — Oye Julio, ¿no has escuchado el cd de Los Zuleta?... Qué cd tan bueno… yo creo que es el mejor que han sacado.
'Enseguida yo le dije que no lo había escuchado, que en ese momento lo que más quería era calmar el dolor, y volvió y me preguntó: —¿entonces no has escuchado el cd de Los Zuleta… está buenoooo'.
'Al final terminó quitándome el dolor con la preguntadera. Esa fue la ‘terapia’ del doctor Daza', anotó Rojas.
Otros que rechazaron la muerte del especialista fueron los cantautores de música vallenata Daniel Celedón y Roberto Calderón. Ambos expresaron su dolor por la 'repentina partida de alguien que le gustaba exaltar el folclor de su tierra'.
Por su parte, el gobernador del Atlántico José Antonio Segebre y el concejal Juan Carlos Ospino, este último vinculado a la misma logia masónica de la cual hacía parte Daza Barriga, lamentaron la pérdida del 'médico y amigo, y la tildaron de 'irreparable' dentro de la sociedad.
Las honras fúnebres culminaron con el canto de Jorge Luis, hijo mayor del médico. Este, en medio del llanto, entonó espontáneamente Mi gran Amigo, canción escrita por Camilo Namén e interpretada con éxito por Jorge Oñate.
'Esos son los dolores y las penas tan grandes, que a sufrir en la vida le pone uno Dios. Mi padre fue mi gran amigo, mi padre fue mi amigo fiel...'
(Funcionarios de la Unidad de Protección apoyaron el operativo de seguridad).
(No solo familiares, sino amigos y gente que lo conoció asistió al funeral).