Como era su costumbre, desde las 4 de la mañana el controvertido comerciante y exempresario del chance Jesús María ‘el Perro’ Villalobos Luna leyó ayer en tres emisoras locales los resultados de las loterías más populares de la Costa Caribe.
Sus intervenciones radiales vía teléfonica estuvieron precedidas, como le gustaba, por conocidas rancheras. 'Sí señor, esa ranchera es de la tierra de los meros Villalobos, de allá de Oaxaca. Es de esas que también se escuchan de Chihuahua, México', dijo el hombre de 76 años de forma jocosa, mientras la música sonaba de fondo, en el noticiero popular de la emisora La Cariñosa, de RCN.
Luego de leer los resultados y felicitar a los ganadores del chance, se instaló en la tienda de su propiedad que funciona en el primer piso de su casa de tres plantas, en el barrio Líbano, en el sur de Cartagena. Allí se sentó frente a su viejo escritorio de madera, desde el que manejaba la caja registradora.
En su puesto de trabajo, vestido con una camisa amarilla de mangas cortas, un pantalón verde aceituna y abarcas blancas, comenzó sus labores.
Jesús María Villalobos tenía 76 años.
Minutos después lo que parecía la visita de un cliente más, de las muchas que recibía a diario, marcó el trágico final de Villalobos.
Dos hombres, según testigos 'muy bien vestidos', llegaron hasta las afueras de la tienda acompañados por una mujer que también tenía puesta 'ropa fina'. De acuerdo con quienes presenciaron el hecho, luego de percatarse de que Villalobos estaba en el negocio, la mujer salió del negocio y dio aviso a sus compinches para que ingresaran.
Según la Policía, la mujer, que portaba dos bolsas de regalo se las entregó a sus dos acompañantes.
De inmediato, simulando que le llevaban obsequios, los pistoleros se acercaron y sacaron dos armas de fuego con las que lo atacaron. Investigadores policiales el comerciante presentaba dos impactos en su cabeza.
Los maleantes dispararon a quemarropa. Se cuidaron de no fallar. Villalobos, quien no tuvo tiempo de reaccionar, se desplomó sobre su escritorio. Quedó con elrostro bocabajo, a escasa distancia de un control de televisión por cable y otro de un LCD, que solía mantener a la mano. No llevaba ninguno de los sombreros que lo caracterizaban.
En el mismo hecho, al tratar de defender a Villalobos, resultó gravemente herido su escolta Marcos Piedrahita Caraballo, con un impacto de bala en el abdomen.
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Cartagena, los dos hombres escaparon en una motocicleta y se cree que la mujer huyó a pie.
Al cierre de esta edición, Marcos Piedrahita permanecía en una unidad de cuidados intensivos, en el tercer piso del Hospital Universitario del Caribe, HUC.
La Policía ofreció una recompensa de hasta $3 millones a quien suministre información sobre los autores materiales del crimen.
Denunció amenazas. Hace cerca de tres meses, en la emisora La Cariñosa, Villalobos hizo referencia a presuntas amenazas de las que, según él, venía siendo víctima. 'Quiero despedirme. Me amenazaron de muerte y tengo mis días contados. Es gente muy poderosa y me van a matar', dijo en ese entonces.
Tras el anuncio el empresario suspendió por un mes y quince días, sus habituales informes, pero, al parecer, consideró que la situación estaba bajo control por lo que retornó a sus intervenciones radiales.
La esposa de la víctima, Diana Lobo, poco después de percatarse del ataque sicarial.
Relación con Enilse López. Villalobos fue dueño de la empresa Inverapuestas, con el nombre comercial de apuestas permanentes El Perro Ltda., antes de ser socio de la empresaria condenada por homicidio Enilse López, conocida como La Gata, en Unicat, en la capital de Bolívar.
Aunque tuvo poca preparación académica, Jesús María Villalobos se caracterizó por su sagacidad en los negocios. De hecho conocedores de los dos empresarios dicen que fue Villalobos quien le ofreció empleo a López.
Con el paso del tiempo, López se independizó y creó apuestas El Gato, de donde surgió el apodo de la Gata.
La empresaria le ganó a Villalobos la licitación del chance en Bolívar y lo invitó a convertirse en su socio.
El comerciante igualmente tuvo líos con la justicia por supuesta colaboración con miembros de las autodefensas. Algunos de estos dentro del proceso de Justicia y paz declararon que Villalobos les pagó para que asesinaran a un vendedor de chance en 2003.
Villalobos también fue concejal de Cartagena. Su hijo, llamado Jesús María, como todos los que tuvo (a las hijas mujeres las llamó María Jesús) también estuvo un período en la corporación.
El fantasma del Blanquito
En los últimos años en los círculos del chance y los juegos de azar en Cartagena ha sido advertida la existencia de un chance ilegal conocido como ‘el Blanquito’, que se comercializa en zonas populares de Cartagena, como ya se ha registrado en Barranquilla con la llamada Blanquita. A pesar de que las autoridades nunca han dado credibilidad, presuntamente el Perro Villalobos y algunos familiares habrían estado relacionados como distribuidores del supuesto chance clandestino.