Compartir:

Con los 40 negritos los vecinos de El Ferry están repitiendo la historia vivida con los Meza. Los dos grupos empezaron como simples pandillas y terminaron convertidas en bandas delincuenciales. Aunque al decir de investigadores policiales y la misma gente de la zona, la dimensión que ha tomado el primer grupo es 'verdaderamente preocupante'.

Los 40 Negritos, llamados así por el color de piel de los primeros jóvenes que integraron la entonces pandilla, han extendido su accionar criminal hacia diferentes barrios, incluso de Soledad.

Extorsión, tráfico de estupefacientes y sicariato son algunas de sus modalidades criminales. Según un morador del sector son buscados inclusive por personas que no están vinculadas a grupos ilegales, sino que simplemente los contratan para asesinar a algún enemigo.

Esta banda es la misma a la que salió a defender el pasado viernes un grupo de residentes en el barrio. Con pancartas y gritando consignas, los manifestantes aseguraron que no se trata de extorsionistas sino de 'protectores' de la comunidad.

Quienes presenciaron al grupo de vecinos de El Ferry portando pancartas con leyendas que defendían y validaban el accionar del referido grupo en esa comunidad, expresaban su extrañeza. '¿Cómo es posible que esta gente salga a apoyar a esa pandilla que ha cometido tantos delitos?', se preguntó Rosina Velasco, ama de casa del sector.

'No es que estemos defendiendo al delito ni apoyando a los delincuentes. Es que en El Ferry estamos viviendo una situación grave de inseguridad que la misma Policía desconoce. Estos muchachos nos defienden de las incursiones de los Grasa y ahora de las fechorías de los Papalope (no Papalotes como les dicen las autoridades). Estas dos bandas son las que extorsionan, atracan y matan a ciudadanos indefensos en este barrio. Los 40 Negritos son nuestros defensores, pero las autoridades los han satanizado (...) ellos están haciendo lo que la Policía no hace', dijo con voz enérgica Diana Coronado, una de las organizadoras de la protesta.

El Ferry es un barrio enclavado en la frontera de Barranquilla con Soledad, separado de esa población por la canalización de un arroyo conocida como Las Placas. El sector es considerado de alta peligrosidad, pues allí se han registrado diversos crímenes.

La mayoría de sus habitantes están clasificados como de estrato socieconómico 1 y, pese a que según el último censo de localidades del Distrito tiene unos 5.000 pobladores, moradores que hablaron sobre la situación calculan que la cifra real actual podría ser superior a los 8.000, teniendo en cuenta el crecimiento de invasiones como La Pileta.

Los vecinos directos de El Ferry son Rebolo, La Chinita y La Luz, en Barranquilla, y Las Ferias y Primero de Mayo, en Soledad; todo un cordón con una problemática social profunda.

Una residente de El Ferry, que por seguridad prefirió omitir su nombre, contó que el fenómeno de la manifestación obedece a que existe una especie de 'veneración' hacia la banda criminal por cierta cantidad de hogares, bien sea por los nexos familiares de sus integrantes o por prebendas.'Hay gente a la que le dan ron, comida, unas chancletas o cualquier peso... entre esos hay niños y mujeres que han sido reclutados para cobrar las extorsiones'.

Esta misma persona indicó que es lamentable que pese a las difíciles condiciones económicas en la zona la gente no salga a protestar por la falta de empleos, alimentos o programas para resocializar a sus jóvenes, sino para apoyar a una banda a la que 'algunos ven como sus salvaguardas'.

El sector de Las Placas es considerado una frontera con Soledad, de gran peligrosidad.

Sobre la protesta aseguró que fue financiada completamente por la banda, con dinero para elaborar las pancartas y para los refrigerios.

'Mire -siguió diciendo-, la Policía está haciendo un excelente trabajo, pero es verdad que la gente se opone a que capturen a los delincuentes, los esconden, pues lo que pasa es que las políticas estatales están mal dirigidas, hay muchos problemas desatendidos por la Alcaldía'.

Un investigador policial explicó que lo que ocurre en la zona es una lucha feroz y encarnizada por el control territorial por apropiarse del microtráfico y la microextorsión. 'Los 40 son una especie de brazo ejecutor de los Rastrojos-costeños' , añadió.

'Debe existir un vacío'. Esta jornada de protesta fue catalogada por el abogado y especialista en fenómenos sociológicos Luis Mosquera Altamar como un trastorno social en el que intervienen varias aristas.

En su concepto, para que una comunidad se levante y salga a apoyar a un grupo al margen de la ley tiene que existir 'un vacío, una ausencia casi total del Estado'. Cuando esto ocurre, añadió, las comunidades prefieren identificarse con organizaciones ilegales porque creen que de alguna manera suplen la labor del Estado.

'La gente convive con esos grupos que la defiende de otras bandas circundantes. Desde el punto de vista sociológico, esas comunidades actúan así porque viven un sentimiento de indefensión total por parte del Estado', expuso.

La banda delincuencial ‘los 40 Negritos’ no solo delinque en El Ferry, sino en otros barrios de Barranquilla y Soledad.

El gordo 40

La Policía ha identificado como jefe de la banda criminal los 40 Negritos a Dionisio Enrique Frías Cantillo, alias el Gordo 40. Aunque tiene por lo menos 20 delincuentes bajo su mando directo, pero con una estructura cuyo número no está establecido plenamente. 'Los 40 Negritos pasaron de 40 hace rato', comentó un morador de El Ferry, conocedor de la problemática.

Las autoridades estiman que solo por las extorsiones el cabecilla recibe unos 15 millones de pesos semanales.

De esta banda se derivó la de los Papalope, en alusión al apodo de su líder, pero se dividieron por diferencias con la repartición del dinero producto de los hechos criminales. La guerra entre los grupos ha dejado por lo menos cinco muertes este año.