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Todavía no está dicha la última palabra sobre la muerte de Mario Ceballos Araújo, esposo de Silvia Gette Ponce y exrector y fundador de la Universidad Autónoma del Caribe.

Por una denuncia de su hija María Paulina Ceballos Pardo, la Fiscalía ordenó exhumarlo, procedimiento que se cumplió en septiembre pasado en el cementerio Jardines de la Eternidad, en Barranquilla. De allí fue llevado a la sede regional del Instituto de Medicina Legal, donde le tomaron muestras que fueron enviadas a Bogotá para el análisis del Grupo Nacional de Patología Forense.

Después de casi 11 meses los resultados de los exámenes ya están en poder de la Fiscalía 10 Especializada Unidad Nacional de DH y DIH, en la capital del país, que adelanta la investigación.

Fuentes indicaron a EL HERALDO que las pruebas detectaron niveles elevados de mercurio en huesos, uñas y pericardio. El caso es que la historia clínica de Ceballos no indica que en vida haya estado expuesto a este elemento químico.

Los investigadores esperan establecer si la concentración de mercurio pudo ser por envenenamiento o puede estar relacionada con cuadros clínicos tales como insuficiencia renal, problemas gastrointestinales, diabetes y alcoholismo, enfermedades que según ellos padecía Ceballos.

Adicionalmente, en el ataúd que contenía los restos también se encontraron trazas de mercurio, por lo que también existe la posibilidad, de acuerdo con los analistas, esto obedezca a la tanatopraxia. Una versión que tendría relación con esto indica que después de la muerte del exrector, Gette Ponce ordenó conservar el cuerpo por cinco días.

Perito internacional

Frente a los resultados de los estudios la unidad de la Fiscalía encargada de la investigación ordenó una serie de pruebas adicionales para determinar si el mercurio hallado era de naturaleza orgánica o inorgánica, aparte de la posible correlación clínica con las patologías diagnosticadas al académico.

Para esto, de acuerdo con la información a la que accedió EL HERALDO, se solicitó la designación de un perito internacional, aprovechando los mecanismos de cooperación con otros países a los que puede acudir el ente investigador para casos de esta complejidad.

También se ordenó entrevistar a médicos que atendieron a Ceballos y a especialistas en tanatopraxia.

Otro resultado que se conoce es el de la prueba de ADN practicada por Medicina Legal a María Paulina Ceballos, confrontada con una tomada a los restos del académico. El examen arrojó un 99% de probabilidad de paternidad, es decir, ratificó el nexo familiar entre ambos.

¿Enfermedad u homicidio?

En su momento el abogado Abelardo De La Espriella, representante de María Paulina Ceballos, planteó la posibilidad de que Mario Ceballos hubiese sido asesinado.

De hecho, recientemente la misma Ceballos reiteró que esperaba conocer la verdad de lo que sucedió con su padre.

El fundador de la Autónoma murió en octubre de 2003 estando hospitalizado, según se dijo, por enfermedad. En ese entonces su esposa Silvia Gette ya ocupaba la rectoría del claustro universitario.

Un conocedor de elementos químicos comentó que el mercurio, bien sea inhalado, absorbido por la piel o ingerido en líquidos o alimentos sólidos es peligroso para la salud humana, pudiendo derivar en daños en el sistema nervioso, riñones, capacidad intelectual, etc.

La investigación. El proceso investigativo comenzó en la Fiscalía 42 seccional de Barranquilla y, de ahí, por orden del fiscal Eduardo Montealegre fue reasignado a la Fiscalía 15 adscrita a la Estructura de Apoyo para los delitos relacionados con parapolítica, de la Unidad Nacional contra el Terrorismo, en abril de 2013. En diciembre del mismo año el fiscal nuevamente reasignó la investigación, esta vez a un fiscal especializado de la Unidad Nacional de DH y DIH, en cuyo despacho reposa hoy el proceso.