El momento de estudio que efectuaban dos jóvenes en la terraza de una vivienda en Rincón de Santa Cruz, Santa Marta, fue interrumpido abruptamente por dos asaltantes que llegaron hasta donde estaba y por robarles el computador les dispararon en repetidas ocasiones.
Silena Peña Cantillo, de 19 años, falleció de inmediato, mientras que su compañero de semestre en la Universidad del Magdalena, Estiven Ensuncho Mejía, resultó gravemente herido. El suceso ocurrió a las 5:50 de la tarde de este miércoles.
El portátil que tenían los dos muchachos realizando un trabajo, llamó la atención de los ladrones, quienes luego de pasar por el edificio ubicado en la carrera 47 con 26B, decidieron devolverse y con un arma de fuego les exigían la entrega del aparato electrónico.
Presuntamente Ensuncho Mejía en un momento de tensión opuso resistencia, lo cual generó un forcejeo con uno de los asaltantes, quien de un momento a otro decidió dispararles para cumplir su objetivo. Peña Cantillo, nacida en San Sebastián, Magdalena, recibió dos impactos de bala, uno en la cabeza y otro más en el brazo izquierdo.
En el caso del su compañero de estudio recibió uno en la parte superior de la ceja derecha y otro más cerca a la boca, del lado izquierdo.
Esta acción generó que los dos jóvenes quedaran tendidos sobre la terraza de la vivienda donde estaban, en medio de un charco de sangre. Los ladrones, sin perder tiempo corrieron a la moto en la que se movilizaban para luego marcharse del lugar a toda prisa.
Momentos de confusión
Los vecinos del sector pese al susto que tenían por lo sucedido se acercaron al lugar para auxiliar a los universitarios. 'La gente corría para todos lados, estaban aturdidos por lo sucedido', dijo un morador del sector.
En la escena comprobaron que Peña Cantillo, quien vivía en Santa Marta desde hacía un tiempo y cuidaba a dos pequeños, había dejado de existir.
'Él sigue vivo, está vivo', repetía una de las personas que buscaba ayudar a los afectados, fue así como procedieron a trasladar a Ensuncho en una camioneta hasta el IPC de María Eugenia, donde fue estabilizado.
Debido a la gravedad de sus lesiones fue remitido, poco después de su estabilización, hasta la Clínica Fundación Cardiovascular, donde los galenos en turno se encargaron de su atención.