Debido a su inusual ausencia en el consultorio, la hija del médico urólogo Luis Rafael Abuchaibe Abuchaibe, de 81 años, llegó ayer hasta su casa en el barrio La Cumbre y lo encontró muerto. El cadáver, que tenía heridas de arma blanca, estaba en la sala envuelto en una alfombra.
Sin descartar de plano la hipótesis de que el crimen fuera consecuencia de un asalto, el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Édgar Muñoz, dijo que se analizan todos los posibles móviles.
'Estamos verificando la ausencia de elementos dentro de la vivienda, pero no hay violencia en los cerrojos y puertas de la casa', declaró el oficial en las afueras del inmueble, en la calle 90 con carrera 42G, en el norte de Barranquilla.
La policía judicial estableció en sus primeras pesquisas que vecinos vieron a una persona en las afueras de la residencia. Frente a esto el coronel Muñoz aseguró que ya están recopilando testimonios, y videos de las cámaras de seguridad de la residencia y su alrededores para precisar si fue así.
Al inmueble solo llegaban dos veces a la semana empleados del mantenimiento de la casa y el cuidado de las plantas. 'Es claro que no habría permitido el ingreso a una persona que no conociera', aseguró.
Extraña ausencia
Abuchaibe Abuchaibe nació en Riohacha (La Guajira). Era el quinto de seis hermanos: Margot (f), Elisa (f), Elva (f), Juan (f) y Alonso.
El título de médico lo obtuvo en 1959 en la Universidad Javeriana de Bogotá, y luego se especializó en Urología en Barcelona (España). Era miembro de la Sociedad Italiana de Urología y la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación.
En la vivienda en la que lo mataron, residía desde la época de su matrimonio con Mónica Sedo, con quien tuvo tres hijos: Luis Enrique, el mayor; Dominique, la única mujer, y Patrick, el menor.
Su rutina diaria comenzaba desde temprano. A partir de las 7:30 de la mañana arribaba a su consultorio en Instituto Urológico del Norte, donde trabajaba hasta mediodía.
Familiares y amigos del reconocido especialista llegaron al lugar de los hechos.
'Casi todos los días iba a la casa de mi papá (Issa) y almorzaban juntos', contó por teléfono su sobrina Brigitte Abuchaibe.
En las tardes dividía el tiempo entre el descanso, las obligaciones personales y visitas familiares. 'En la noche no salía más. Esa fue su casa eterna, desde que se casó'.
Pese a vivir solo tenía constante comunicación con sus familiares. Fue así como su primogénito Luis Enrique, urólogo como él, se extrañó de que ayer no contestara las llamadas ni estuviera en el Instituto, ubicado en la calle 86 con carrera 49C.
Por eso llamó a su hermana, Dominique. Le pidió que fuese a la vivienda y averiguara si algo había ocurrido. 'Mi prima tiene cómo entrar a la casa, entró como a las 10 de la mañana y encontró a mi tío muerto, tirado en la sala de la casa, estaba envuelto en la alfombra', contó la sobrina del galeno.
La persona vista dialogando en la mañana con la víctima fue el trabajador de una tienda del sector. Eran las 6:05, cuando Abuchaibe Abuchaibe salió a buscar el periódico y regresó a su domicilio. 'No sabemos qué pasó después'.
La pariente del urólogo confirmó que tanto las autoridades como la familia hallaron abiertas varias de las puertas internas. 'Su cuarto estaba desordenado, pero no se ha establecido si se perdieron elementos'.
Profesional destacado
Médicos y amigos del urólogo Luis Abuchaibe Abuchaibe pidieron a las autoridades que capturen cuanto antes al responsable de su asesinato.
El pediatra Libardo Diago lo recordó como un profesional 'muy exigente y estricto' con sus pacientes, de los que estaba muy pendiente. Y destacó que era asiduo invitado a eventos sobre urología, tanto en Barranquilla como en otras ciudades.
'Es lamentable lo que le hicieron a Luis, pero sobre todo la forma en que lo asesinaron; era una persona servicial y amante de su profesión', manifestó Diago, quien conoció a Abuchaibe hace más de 40 años. 'Desde entonces fue amigo mío y de mi familia'.
El médico urólogo Emiliano Morillo Palma contó que Abuchaibe era desconfiado en extremo. De ahí que su casa contara con mucha seguridad: parecía un fortín por lo alto de las paredes exteriores y las cámaras de seguridad que instaló, al igual que el cableado eléctrico.
'Su muerte ha sido muy duro para mí y mi familia, el doctor Abuchaibe era como un papá para mí y ahora nos lo han robado', expresó.
En los diálogos telefónicos con este medio, Morillo y Diago coincidieron en pedir a las autoridades que haya celeridad en la investigación para que su homicidio no quede impune.
El pediatra solicitó, incluso, que las pesquisas no se cierren a la hipótesis del hurto. 'Si hubiera sido el motivo, lo hubieran esperado a que saliera de su oficina y no atracarlo en su casa, donde no tenía dinero ni costosos equipos médicos'.
Diago cuestionó además la inseguridad en la ciudad. 'Uno no sabe cuándo lo van a atracar, anda uno todo desesperado y cree que por ser médico no lo van a atropellar tanto'.