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El Atlántico era una de las zonas costeras de Colombia que le faltaba al Clan Úsuga en su plan de controlar el tráfico de drogas desde Colombia hacia Centroamérica, Estados Unidos y Europa.

El aumento de las incautaciones de cocaína en puertos de Barranquilla coincide, de hecho, con la irrupción en este departamento de la banda antes denominada los Urabeños. Entre enero y abril hubo ocho decomisos, siete más que en los mismos cuatro meses de 2014, indican las estadísticas de la Policía.

'Se evidencia la proyección del Clan Úsuga en dominar las principales plataformas de salida de estupefacientes por vía marítima', respondió a este diario el grupo de inteligencia de Antinarcóticos. 'Solo en Cauca y Atlántico no se registra presencia de la estructura'.

La presencia del Clan en territorio atlanticense, sin embargo, se confirmó hace dos semanas. Más de 300 policías capturaron el 21 de abril a 18 presuntos miembros de La Empresa, como denominaron las autoridades a la célula de la organización criminal en esta jurisdicción.

Para las autoridades, varios hechos le abrieron camino a los Úsuga en el Atlántico. Entre esos, la puja interna de los Rastrojos, la bacrim que en 2010 arrebató a los Paisas el dominio de los negocios ilícitos en el departamento. La guerra entre los bandos Vallunos y Costeños estalló en mayo de 2013 y se prolongó hasta finales de año.

Y aunque los Costeños resultaron ganadores, su fuerza criminal se debilitó por la pugna misma y las investigaciones de las autoridades: detuvieron a no menos de 60 miembros en Atlántico, Bolívar, Sucre y Magdalena.

Los Costeños encabezaron el hampa hasta que también se fraccionaron. Las investigaciones señalan que alias Magangué se alió con el Clan Úsuga 'para enfrentar a la antigua organización a la cual pertenecía, bajo el mando de su otrora amigo Castor'.

Empieza el tráfico. La Policía registra que el homicidio a bala de Ruby Arrieta Herrera, en el municipio de Soledad, fue de los primeros que La Empresa cometió en el área metropolitana de Barranquilla 'por control territorial'.

La fecha del asesinato de la mujer (17 de octubre) es, además, próxima a la última incautación reportada el año pasado por Antinarcóticos en un puerto de Barranquilla: 460 kilos de base de coca.

El alijo fue hallado el 11 de octubre en siete contenedores, en el terminal Bitco–BCT, y se sospecha que era uno de los primeros que el Clan Úsuga traficaría desde el Atlántico a Europa.

El envío de los troncos con el alcaloide fue tramitado por Transnacional de las Antillas SAS, informó Policía. Y este fue otro hecho que permitió a las autoridades identificar la presencia del Clan Úsuga en este territorio.

Como EL HERALDO lo informó el 16 de noviembre pasado, Transnacional de las Antillas SAS funcionaba entonces en la misma unidad de oficinas en Barranquilla donde tuvo sede CLR Globales, la firma usada por el Clan Úsuga para enviar casi siete toneladas de cocaína desde Cartagena hacia Alemania.

Un caso sonado no solo por el alcaloide inmovilizado el 8 de abril de 2014, sino porque la Policía capturó en octubre a tres de sus funcionarios y cinco ciudadanos como presuntos coautores del plan. Entre esos el coronel Néstor Maestre Ponce, que para los días del hallazgo comandaba la regional 8 de la Policía Antinarcóticos.

El negocio. La estrategia de organizaciones como el Clan Úsuga para evadir los controles portuarios, quedaron al descubierto en la investigación por la que un juez de Cartagena condenó cuatro confesos miembros de una red que entre 2010 y 2012 camufló cocaína en contenedores llevados en barco a Guatemala, Bélgica y Holanda.

La Fiscalía explicó que el primer eslabón son 'los inversionistas', quienes pagan por la producción de la droga. Por ejemplo, el kilo de clorhidrato de cocaína (polvo) cuesta $4 a $5 millones en laboratorios, precisó el jefe de puertos y aeropuertos de Antinarcóticos, coronel Jorge Mendoza Lizcano.

Mientras se produce el estupefaciente, otros miembros buscan gerentes de comercializadoras que hagan los trámites aduaneros ante las autoridades portuarias, y un servicio de transporte para mover mercancía de Bogotá, Antioquia y Norte de Santander a la Costa, por lo general.

Alquilan además bodegas, donde se reúne el alcaloide y expertos en la adecuación de contenedores acondicionan caletas internas o externas. Otro gasto es el producto para exportar y darle visos de legalidad a la operación.

Muertes recientes. El negocio incluye, como lo han confirmado las autoridades en esta y otras investigaciones, el pago en efectivo o con parte de la cocaína del 'impuesto por el servicio de seguridad' a las bandas que controlan cada zona.

Por eso Atlántico representaba también una ruta estratégica para el Clan Úsuga al ser paso obligado en los traslados a Cartagena y Santa Marta, donde la organización controla parte de las extorsiones y rutas del narcotráfico. Lo mismo que La Guajira, Sucre y Córdoba, otros departamentos del Caribe con conexión al mar.

El asesinato a tiros de dos hombres cuyos cadáveres fueron hallados el pasado viernes 24 de abril, en una trocha del municipio Baranoa, es uno de los últimos hechos criminales relacionados al tráfico de estupefacientes de los Úsuga en esta región.

EL HERALDO conoció que las indagaciones de la Policía y la Fiscalía apuntan a que las víctimas, James Ariza Ramírez y Ramiro Gamarra Suárez, habrían llegado al Atlántico procedente de Bolívar 'para recuperar un cargamento extraviado'.

Lo que todavía es confuso es si fueron baleados en la trocha o en otro lugar, y si el alijo 'extraviado' corresponde a uno decomisado en las últimas semanas por las autoridades o fue hurtado por una estructura local.

Ariza había sido detenido en 2011 por la Policía, señalado de ser uno de los comerciantes que conseguía la droga que movilizaba una red al servicio de Henry López Londoño, alias Mi Sangre, cabecilla de los entonces Urabeños.

'La información que hemos recibido es que estas dos personas fueron citadas a ese lugar (la trocha) por una persona que tiene injerencia en el tráfico de alucinógenos del municipio', indicó un investigador.

Decomiso al 'Clan Úsuga'

11 de abril: 306 kilos de base de coca camuflados en el interior de un cargamento de carbón falso, en el terminal Bitco–BCT. El destino del contenedor con la mercancía era Lisboa, capital de Portugal.

25 de abril: 177 kilos de clorhidrato de cocaína, camuflados en el piso de una buseta, en la Avenida Circunvalar con carrera 38. Fueron producidos en Antioquia y Norte de Santander, y se le atribuye al ‘Clan Úsuga’.

28 de abril: 124 kilos de clorhidrato de cocaína en cinco costales blancos, en un contenedor cuyos sellos fueron alterados, en la Sociedad Portuaria de Barranquilla. El alcaloide iba hacia un puerto de México.

1o. de mayo: 25 kilos de clorhidrato de cocaína en panelas escondidas al interior de una camioneta, en el norte de Barranquilla. La procedencia de este alijo es la misma que del decomisado el 25 de abril.

Malestar de empresarios

Voceros de las agremiaciones de empresarios como la Andi y el Comité Intergremial coincidieron en que son varios los casos de afiliados que han manifestado inconformismo y temor por el riesgo de que las cargas en los contenedores sean contaminadas con droga en los puertos. 'Es cierto el malestar, varios lo han expresado', aseguró uno de los representantes consultados. De los ocho casos detectados este año hasta el 19 de abril, tres corresponden a 'tulas', modalidad en que los contenedores son abiertos para introducir costales con panelas de cocaína en su interior.