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El jet Hawker 800 que se estrelló cerca de las playas del municipio Puerto Colombia aparece en los registros de los organismos oficiales de México como si no hubiera despegado del territorio de ese país la noche del 19 de mayo. Es decir, técnicamente quedó estacionado en algún aeropuerto del país centroamericano.

A esa conclusión llegaron las autoridades al indagar el rastro de la aeronave, que debía regresar a territorio manito con 1,3 toneladas de cocaína.

La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) estableció, al cruzar información con su par en México, que el avión realizó en la mañana de ese martes un viaje legal desde Toluca hacia otra ciudad no determinada aún.

'Ahí quedó como pernoctado, pero volvió a despegar a eso de las 10 de la noche', informó el teniente coronel Rodrigo Velandia Espinel, jefe de operaciones del Comando de combate aéreo (Cacom) 3.

Una hora después, el jet fue detectado por los radares de seguridad en el archipiélago San Andrés y Providencia. Un avión de inteligencia de la FAC lo fotografió y siguió hasta límites con el espacio aéreo venezolano, sin derribarlo porque era pilotado sobre aguas internacionales.

No perdieron tiempo

Las pesquisas indican que los implicados en la compra y venta de la cocaína, entre esos miembros de una organización criminal ‘criolla’, querían finiquitar cuanto antes el negocio. (Ver recuadro)

Así lo evidencian los tiempos en que el Hawker tardó en descender en el suroccidente de Venezuela, pasadas las 12 de la medianoche, y reaparecer hacia las 3 de la mañana del miércoles 20 de mayo en los radares del sistema de defensa aérea colombiano. Significa que la aeronave fue cargada, en no más de dos horas, con las 1.309 panelas de un kilo de cocaína que buzos de Guardacostas de Barranquilla hallaron cerca de Puerto Colombia.

El piloto, al parecer, no quería –o no debía– demorarse tanto en retornar a México; un recorrido que tarda en promedio siete horas.

Ruta concurrida

De vuelta en el espacio aéreo colombiano, el jet fue interceptado por otro avión de inteligencia. 'Venía a una altura de 40.000 pies', detalló el coronel Farid Kairuz Sanabria, comandante del Cacom 3, ubicado en el municipio de Malambo.

El Hawker se desplazaba por el ‘corredor Caribe’ del narcotráfico entre Suramérica y Centroamérica. Así es denominado el trayecto que comienza en el Estado de Apure y acaba en el Golfo de Maracaibo, en Venezuela; conecta con Aruba, vira a la izquierda y entra a Colombia por la península de La Guajira. Los destinos finales más comunes en Centroamérica son Nicaragua, Honduras y México. (Ver infografía)

'De 2010 hasta la actualidad hay un patrón de rutas, esa es la predominante', aseguró el teniente coronel Velandia.

La traza ilegal del Hawker accidentado es la número 29 divisada entre enero y mayo por el sistema de defensa aéreo. Más de la mitad de las 52 que la FAC contabilizó el año pasado, lo que evidencia cuan frecuente la usan los traficantes de droga.

Pese a que piloto y copiloto del jet nunca respondieron los llamados por radio, la FAC no lo derribó al reingresar a cielos de la Nación porque la mayor parte del tiempo sobrevoló zonas pobladas de Riohacha, Santa Marta y Barranquilla, antes de colisionar a las 4:15 de la mañana a una milla náutica de las playas de Puerto Colombia.

Las autoridades sospecharon incluso que habrían optado por un plan b para ‘salvar’ el cargamento, debido al silencio de los tripulantes, las maniobras evasivas para perderse de los aviones oficiales, el descenso cerca del mar en jurisdicción del Atlántico y la posibilidad de que el piloto haya intentado aterrizar en el mar (amarizar).

'Alertamos a Guardacostas, previendo que lanzaran paquetes desde el aire y en lanchas los recogieran luego, aunque ese avión no pudiera abrir unas compuertas para ello', explicó Velandia.

Aeronave de lujo

De lo que sí era capaz ese Hawker 800, cuya versión básica cuesta entre USD 18 millones y USD 20 millones ($45.000 a $50.000 millones), era de transportar más estupefacientes del que se halló junto con sus restos en el Mar.

Estos jets de lujo o uso privado, considerado un vehículo de tamaño mediano para operaciones del narcotráfico en esta modalidad, pueden albergar hasta 2.500 kilos (2,5 toneladas) en paquetes o ‘panelas’ de droga.

'Los más pequeños como Cesna 210 o Cesna 310 pueden llevar entre 500 y 800 kilos, pero en todos los casos los traficantes les quitan sillas y lo que necesiten para cargarlas al máximo, este no fue la excepción', agregó el oficial.

En sus labores de búsqueda, los buzos de la Armada no ubicar la caja negra, la cual en toda aeronave registra su actividad de manejo y las conversaciones en la cabina para establecer lo que sucede antes de accidentes como este.

Tripulación murió

El único cadáver identificado hasta ahora es el de Behiker Castañeda Medina, de los tres hallados a los dos días del accidente en playas vecinas a Puerto Colombia. Esto significa para las autoridades que una red local de traficantes tenía intereses en la venta del cargamento en Estados Unidos, su destino final después de aterrizar en México. 'Por lo general, el equipo de trabajo en estas operaciones son el piloto, el copiloto, el encargado del vendedor y otro del comprador.

Los cuatro cuerpos iban en la aeronave, eso está confirmado', afirmó el teniente coronel Velandia. Un primer cadáver fue encontrado el mismo miércoles.

El corredor Caribe del narcotráfico aéreo