La salida de prisión del excabecilla paramilitar Úber Banquez Martínez, alias Juancho Dique, tiene inconforme a más de una víctima en Bolívar y Sucre, los departamentos donde delinquió al mando del frente Canal del Dique del bloque Héroes de los Montes de María de las AUC.
'Demuestra la fragilidad de la justicia y el sistema trassicional de Justicia y Paz', aseguró por teléfono Adil Meléndez Márquez, abogado de 1.200 perjudicados por las Autodefensas en Libertad, corregimiento del municipio San Onofre (Sucre).
El disgusto no radica tanto en la libertad condicional del desmovilizado, quien abandonó la tarde del miércoles la Cárcel Modelo de Barranquilla.
De hecho, es un beneficio que una magistrada le concedió en enero pasado por acumular más de ocho años detenido, uno de los requisitos, aunque su proceso no haya terminado.
La molestia se concentra en las 'verdades a medias', según abogados y víctimas, que Banquez contó a fiscales y magistrados de Justicia y Paz.
Tomasa Gómez Pérez es una de las afectadas inconformes de Libertad. Paramilitares comandados por Banquez asesinaron hace 17 años a su hermano mayor, Omairo.
'Todavía es la hora que no sabemos por qué, Juancho Dique nunca dijo; cuando la primera abogada que tuvimos le preguntaba, él nada más agachaba la cabeza', contó vía telefónica.
Historias como esa se repiten con 11 familias más de ese corregimiento sucreño, a quienes las AUC les asesinaron a un integrante.
'Él mató a mi marido, Manuel Gómez Rodríguez; él mismo entró a mi casa y lo sacó, estando yo embarazada', rememoró Josefa Blanquicet Sarmiento. El crimen se registró el 1o. de junio de 2000.
¿Ha contado todo?. Banquez ha asistido a 35 versiones libres ante fiscales de Justicia y Paz. En estas confesó que participó en nueve masacres, en las que fueron asesinadas 130 personas en Chengue, Palo Alto y Macayepo (Sucre); y Retiro Nuevo, San Isidro, Caracolí y Matunilla (Bolívar).
Diógenes Arrieta Zabala, representante de víctimas en Bolívar y Sucre, manifestó que Juancho Dique ha respondido en la medida en que lo han interrogado. 'Fue uno de los que más aportó al esclarecimiento de la verdad en los municipios donde operó'.
Al igual que otros exjefes, empero, no develó la totalidad de partícipes y colaboradores del aparato macro criminal: empresarios, comerciantes, ganaderos, dirigentes, políticos, y funcionarios de organismos de seguridad, militares y de la Policía.
Un ejemplo de ello lo expuso Meléndez. 'Declaró que una camaronera ubicada en Libertad tuvo a su amparo al paramilitarismo, porque le pagaba dinero y se valió del mismo para despojar tierras a campesinos'.
Otros interrogantes son los vínculos de las AUC con oficiales y suboficiales de la base de la Infantería de Marina en Libertad. Banquez admitió que les prestaron armas para ejecutar homicidios –reportados por la unidad militar como ‘positivo’–, mas no dio identidades de los cómplices.
Contra la verdad de esos oscuros nexos también hubo intereses similares. 'En una audiencia ante magistrados y Fiscalía, Juancho Dique dijo: ‘siempre que abrimos la boca, nos amenazan, nos visitan en la cárcel’; por eso, nada ha pasado', advirtió Arrieta.
La esperanza para víctimas y representantes está en que el proceso de Banquez en Justicia y Paz no ha culminado. Por eso, uno de sus compromisos para mantenerse en libertad condicional es 'continuar con las obligaciones de esclarecer la verdad, respecto a los hechos en los que participé y de los cuales tengo conocimiento'.
Beneficio con condiciones
En la audiencia del 24 de enero, Úber Banquez leyó ante la magistrada Zoraida Chalela Romano una lista de 14 compromisos que debe cumplir en libertad condicional. De lo contrario, perderá el beneficio y regresará a prisión. Entre esos deberá conservar buena conducta individual, social y familiar, informar todo cambio de residencia a este Tribunal, no realizar conductas delictivas dolosas, no salir del país sin previa autorización judicial; no realizar conducta o acto que atente contra los derechos de las víctimas y no acercarme a ellas, salvo bajo autorización judicial; no portar, tener, ni almacenar armas de fuego; no asistir, participar y celebrar reuniones de carácter político o electoral.