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A un mes del homicidio del taxista Kevin Trujillo Arévalo, baleado en un lavadero de carros en el barrio Los Pinos, sus familiares se mantienen a la espera de que las autoridades capturen a los implicados en el crimen.

'Todavía creo que es un sueño que ya no esté, cada mañana me levanto y saber que no está...', expresó ayer Diego Trujillo Muñoz, padre de la víctima, en diálogo teléfono con EL HERALDO.

Desde Barcelona (España), donde reside hace 15 años, Trujillo aseguró que desde el 2 de noviembre ha buscado noticias sobre la investigación por el homicidio. 'Leo la prensa cada día y no veo ningún capturado, lo que no queremos es que quede en la impunidad'.

La información que la Policía Metropolitana dio a conocer indica que Trujillo fue tiroteado en uno de los lavaderos de carros que hay en la calle 53D con carrera 27, parte trasera del cementerio Calancala, en el suroccidente de Barranquilla.

Las indagaciones apuntan a que los implicados balearon al taxista por equivocación. Testigos aseguraron a investigadores que antes de que él llegara al lavadero, un empleado del negocio y dos hombres habían discutido.

Tras la discusión, los hombres se fueron. Al cabo de varios minutos apareció un auto negro y desde el interior dispararon. Dos balas hirieron al conductor, que murió en el Hospital Cari, adonde fue llevado.

Diego Trujillo agregó que su hijo cumpliría 24 años el próximo 24 de diciembre y que había planeado regresar a España, donde había vivido hace cuatro años. 'Ya le habían homologado la licencia de conducción y la titulación de taxista, su plan era volver y trabajar acá'.