SANTA MARTA. Para Medicina Legal, los resultados preliminares sobre la escena del crimen y las necropsias al auxiliar de vuelo Alejandro Garrido Molina, su esposa Johana Ramírez Rodríguez y su hijo, de 5 años, confirman que lo ocurrido en un apartamento del balneario El Rodadero fue un homicidio doble y un suicidio.
Eduardo Pinto Viloria, director regional del instituto forense, dijo ayer en rueda de prensa que el análisis de las evidencias recolectadas en el apartamento 302 de Balcones del Sol se realiza 'cuidadosamente' para esclarecer el hecho en poco tiempo. 'Es un caso extremadamente complejo'.
Las pesquisas descartaron que una cuarta persona estuviese involucrada, lo que respalda la hipótesis de que Garrido se quitó la vida con el cuchillo con el que apuñaló a Ramirez, bogotana, de 26 años, y al menor.
Las autoridades aguardan, sin embargo, por los resultados del exámenes de toxicología para saber con certeza si el barranquillero actuó luego de consumir cocaína o medicamentos para pacientes psiquiátricos.
A la investigación fue vinculado además un psiquiatra forense para que analice los mensajes hallados en los perfiles que tenía en Facebook el auxiliar de vuelo, de 45 años, y dé un concepto sobre los escritos.
Funcionarios de Policía Judicial verifican también si el auxiliar de vuelo recibía tratamiento médico por alteraciones de comportamiento. 'Queremos saber si tenía algún tipo de patología', explicó Pinto.
El caso
La tragedia que se investiga se registró el fin de semana del 2 y 3 de enero, pero fue el lunes 4 que policías descubrieron los tres cadáveres en el apartamento 302, después de que una vecina del conjunto residencial llamara a la línea 123 y alertara sobre un olor penetrante a sangre.
Los tres cadáveres fueron trasladados el mismo lunes, en la noche, a la unidad de Medicina Legal en el municipio de Baranoa (Atlántico), ante la falta de neveras en buen estado en la sede de Santa Marta.
Los despojos de Ramírez y el niño fueron sepultados en la capital del país, luego de que una prima de ella realizara los trámites y los reclamara el miércoles, mientras que los restos de Garrido Molina permanecen en el cementerio de Baranoa porque ningún familiar o pariente los ha pedido.