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El 27 de octubre de 2012, hoy hace exactamente 3 años, 2 meses y 21 días; un hallazgo macabro y poco común estremeció a los habitantes del municipio de Baranoa, una localidad relativamente tranquila situada en el centro del Atlántico.

En un paraje de la finca Los Mangos, en el kilómetro 2 entre esa población y Polonuevo; el CTI de la Fiscalía encontró unos restos óseos humanos, muestras de cabello, retazos de tela de uniforme escolar, partes de zapatos colegiales, tres cuadernos y un morral. Todo parcialmente incinerado.

A los investigadores les pareció a simple vista que podría tratarse de una persona de baja estatura, o en su defecto de una infante debido a las características de la osamenta. Sin embargo, a esta última hipótesis le apuntaron con más ahínco, debido a los elementos escolares hallados en el sitio.

Días después las experticias científicas realizadas en los laboratorios de Medicina Legal arrojaron una conclusión definitiva: los restos óseos y demás piezas localizadas en el predio correspondían a Angie Paola Ortega Palma, una niña de 9 años desaparecida el 28 de mayo de ese mismo 2012.

La búsqueda de la menor había sido tema de atención nacional a través de los medios de comunicación, que pusieron interés especial en su misteriosa ausencia. La imagen de mirada transparente e inocente de Angie Paola, vestida con una camiseta deportiva a rayas azules verticales, era fácil de encontrar no solo en la televisión y en la prensa, sino en cualquier calle o rincón del departamento, donde se había distribuido su carita en el afán de encontrarla. Es que su extraña desaparición despertó un vasto sentido de solidaridad no solo entre los habitantes de Baranoa, de donde era oriunda, sino de los municipios circunvecinos.

Tanto fue el revuelo que causó este caso, que la reconocida senadora Gilma Jiménez Gómez (Q.E.P. D.), recordada como una de las protectoras de los derechos de los niños y las mujeres, viajó especialmente de Bogotá a Baranoa a apoyar una de las tantas marchas que se organizaron para clamar por el pronto regreso de la pequeña Angie.

MILLONARIA RECOMPENSA

A estos esfuerzos se sumó el alcalde del municipio, a la sazón Roberto Carlos Celedón, que ofreció $20 millones a quien entregara información veraz que condujese al paradero de la niña. Esta suma luego fue incrementada en $50 millones.

Angie Paola desapareció como si se la hubiese tragado la tierra. Lo último que la familia recuerda de ella es que salió a pie, a las 2 de la tarde, de la residencia de su abuela, Hilda Palma, también en Baranoa, a su casa materna. Jamás llegó. Tras esos cinco meses de búsqueda infatigable y el hallazgo que se hizo en Los Mangos, más las pruebas científicas; las autoridades confirmaron plenamente que Angie Paola había sido asesinada, y no solo eso, su cuerpo también lo incineraron.

El 4 de diciembre de ese nefasto 2012 para la familia Ortega, el Fiscal Primero Seccional de Sabanalarga, Francisco Javier Cuesta Manyoma, entregó oficialmente los resultados: los restos óseos hallados en el mencionado predio, correspondían a la niña desaparecida.

'Logramos establecer con una probabilidad de 99.99 por ciento, la plena identidad del cadáver encontrado en la finca, el cual corresponde a la niña Angie Paola Ortega Palma. La niña falleció de manera violenta y su causa de muerte, de acuerdo con los hallazgos, obedece a un trauma contundente en tórax', reveló en esa fatídica mañana Cuesta Manyoma.

El Fiscal no descartó que la menor hubiese sido abusada sexualmente antes de ser asesinada

Ana Elena Ortega Palma, la madre de Angie Paola, se derrumbó, veía como dolorosamente se le esfumaba la esperanza de encontrar con vida a la cuarta de sus cinco hijos.

En una pequeña caja de madera marrón, de 15 por 15 centímetros, el funcionario judicial le entregó los restos óseos de la pequeña Angie. La diligencia se cumplió a las 10 de la mañana en la sede del CTI, carrera 46 No. 53-34, edificio Nelmar.

DOS INVESTIGACIONES

Como hecho curioso es pertinente mencionar que en el proceso penal por el llamado ‘Caso Angie Paola’, se han llevado a cabo dos investigaciones judiciales.

Una que se abrió por la desaparición de la menor, la cual se intensificó con el hallazgo de la osamenta en la finca Los Mangos.

Esta corrió a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.

La segunda investigación, desarrollada por el Gaula de la Policía, partió tras las capturas de Yesid Alberto Lafaurie Pérez, de 30 años; y Juan Carlos Jiménez Torres, de 43 años; presuntos implicados en el escabroso crimen.

Los detectives llegaron hasta estos dos hombres por el testimonio que entregó una mujer identificada como Sandry Patricia González Campo, de 39 años, residente en el barrio La Central de Soledad.

Ella aseguró en una declaración jurada, que escuchó personalmente una conversación en la que su yerno, Yesid Alberto Lafaurie Pérez, le confesó a Juan Carlos Jiménez (marido de Sandry), que él había violado y asesinado a la niña de Baranoa, Angie Paola.

Con esa afirmación el Gaula de la Policía organizó el 9 de febrero de 2013 un sigiloso operativo, que terminó con las capturas a estos dos hombres en sus respectivas viviendas del barrio La Central.

Antes de conocerse la versión de Sandry Patricia González Campo por parte del Gaula de la Policía; el CTI de la Fiscaía venía haciendo su propio trabajo con unas entrevistas de campo a personas que tenían parentesco por consanguinidad con la menor asesinada.

'La experiencia indica que por lo general los delitos sexuales se originan en el círculo familiar. Esa es una línea investigativa inicial, que tradicionalmente se abre, y este caso no iba a ser la excepción', contó uno de los investigadores del caso.

En esta labor el CTI interrogó a Ana Ortega Palma (madre de la niña), Nelson Lubo Pérez (padrastro), Angélica Ortega Palma (tía), Anabella Vélez Martínez (tía política), Alfonso Ortega Palma (tío), Ana Barrios Otero (profesora de la niña), y los primos de Angie Paola, Jorge Luis y Juan Camilo Pérez Ortega, entre los principales parientes de la menor.

Cada uno entregó su dicho de la última vez que vio a la niña con vida, qué actividades realizó ese 28 de mayo de 2012 en que esta desaparició, y si participó o no en las labores de búsqueda de la menor, en las horas y días siguientes a su desaparición. Sin embargo, con las capturas de Yesid Alberto Lafaurie Pérez y Juan Carlos Jiménez Torres, la investigación tuvo un giro radical, la Fiscalía la asignó totalmente a la gente del Gaula, y apartó del caso a los investigadores del CTI.

ASEGURADOS

Lafaurie Pérez y Jiménez Torres fueron presentados en audiencia ante un juez de control de garantías, que tomó la decisión de dictarles medida de aseguramiento. Al primero, en la Penitenciaría de El Bosque (después fue trasladado a la Modelo), como posible autor intelectual y material del homicidio de Angie Paola.

Mientras que Juan Carlos Jiménez fue enviado a la Cárcel Modelo por haber incurrido presuntamente en el delito de favorecimiento en calidad de autor y en título de dolo. Es decir, que tenía pleno conocimiento de lo hecho por el supuesto asesino, pero prefirió mantener un silencio cómplice.

Siete meses después, es decir, en septiembre del año 2013, se celebró la audiencia preparatoria, pero uno de los implicados, Juan Carlos Jiménez Torres, no alcanzó a llegar a la diligencia.

Murió el 27 de enero de 2014 en el incendio que se generó en el interior de la Modelo, y que dejó 17 internos muertos, calcinados.

De esta manera la justicia quedó sin poder demostrar la culpabilidad o inocencia de Jiménez Torres.

Ante lo ocurrido con Jiménez se creyó que el proceso por la muerte de Angie Paola cobraría dinamismo, y que pronto se conocería la sentencia en contra o a favor de Yesid Lafaurie. Pero ocurrió todo lo contrario, por más de diez ocasiones las audiencias fueron aplazadas, y la etapa del juicio oral se ha tornado excesivamente lenta, tanto que han transcurrido 2 años, 11 meses y 9 días después de la captura, sin que la justicia haya tomado una decisión de fondo.