Aun cuando el CTI de la Fiscalía encontró ayer enterrados los cuerpos de dos de los tres hombres desaparecidos en el corregimiento Lomita Arena, en el municipio de Galerazamba (Bolívar), el misterio ronda a los investigadores.
Para ellos está claro que lo que se registró en la finca, ubicada en el sector Palmarito, fue 'carnicería'. Los dos cadáveres, hallados en una fosa común, son los de Jaime Betts Pino, de 49 años, y Alfonso Ortiz Atencio, de 28 años: presentan signos de tortura y heridas con armas blancas en diferentes partes del cuerpo.
Una fosa contigua también fue localizada por los peritos del CTI, que recolectaron allí lo que sería restos de cabello de una persona, que serán analizado por peritos forenses. Los cadáveres fueron traslados a la morgue de Medicina Legal.
Las investigaciones tratan de establecer si lo que hasta ahora se considera un doble homicidio y una desaparición tiene relación con bandas criminales que operan en la zona norte del departamento o tiene que ver con disputas de tierras.
Desde el 10 de enero. El director de fiscalías en Bolívar, Vicente Guzmán, señaló que la mañana del domingo 10 de enero –día de la desaparición–recibieron una llamada de la Policía de Santa Catalina. Luego, las denuncias de familiares de Betts, Ortiz y Nayib Camacho Teherán, de 26 años.
El caso fue asignado a un fiscal de la Unidad de Desaparecidos, y al el CTI allanar la finca en Palmarito, fueron localizados los cuerpos de Betts y Ortiz. El misterio aún ronda sobre Camacho.
Guzmán informó que fue capturada una persona que se encontraba en la finca, al momento de las labores de búsqueda de los cuerpos.
La Policía informó la semana pasada que Betts estuvo cinco años preso por el delito de extorsión. Hasta que en diciembre anterior salió de la Cárcel de Ternera, en Cartagena.
Familiares de Betts indicaron que ese fin de semana él convidó a Camacho y Ortiz a que lo acompañaran hasta esa finca, para reunirse con una persona. Se trasladaron desde el municipio Santa Catalina hacia Lomita Arena, en un carro prestado, pero Betts había alertado a un yerno de que si ocurría algo, ya sabían dónde estaba.
Entre temor e intriga
En el municipio Santa Catalina, familiares de los hombres permanecieron ayer invadidos por el temor. En casa de Atencia, aún a las 10 de la mañana se realizaban cadenas de oración, en las que rogaban que los cuerpos hallados no correspondieran a él y sus acompañantes. En casa de Camacho, sin embargo, parecían estar preparados para recibir cualquier noticia, pero que floreciera la verdad y el drama terminara.