Riohacha. Rubén Darío Mejía Arrieta, un hombre de 54 años nacido en Montería, fue asesinado con arma cortopunzante la madrugada del sábado en una casa en donde dormían varios empleados del complejo minero Cerrejón, entre ellos el occiso.
Las autoridades dijeron que el cuerpo tenía ocho heridas, la mayor parte de ellas en el cuello, lesiones que le quitaron la vida en forma inmediata.
Algunos compañeros le dijeron a las autoridades que la noche del viernes dejaron a Mejía cerca de la vivienda localizada en la calle 14 # 8-03 barrio Nueva Guajira, conocido también como el corredor habitacional y de allí no se supo más sino hasta ayer al comienzo del día cuando su cuerpo ensangrentado fue descubierto.
Por el momento la hipótesis que toma más fuerza como móvil del crimen es la del hurto, pues personas que conocieron a Mejía Arrieta aseguran que usaba dos anillos de oro y un teléfono celular de alta gama, que no llevaba en el momento del levantamiento de su cadáver.
Uno de los investigadores que participó en las primeras diligencias indicó que ese crimen pudo ser cometido en la madrugada de ayer.
También corrió una versión en el sentido de que el homicida pudo haber resultado herido porque hallaron huellas de sangre en la parte exterior de la residencia donde se produjo el crimen. La Policía no informó detalles del caso.
Mejía Arrieta se desempeñaba como tesorero de la empresa Blastingmar, contratista de Cerrejón encargada de hacer mantenimientos correctivos y preventivos a varias secciones del complejo carbonero.
Los conocidos del occiso dijeron que siempre era un hombre al que no le gustaban los problemas, que permanecía solitario a lo largo de por lo menos 18 años que vivió en Hatonuevo. Se conoció de algunos familiares residenciados en Barranquilla que habían viajado hasta La Guajira para reclamar su cuerpo.