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Con la boca suturada, tres reclusos, de los 198 que permanecen en huelga de hambre en la penitenciaría de alta y mediana seguridad de Valledupar, esperan llamar la atención del Gobierno Nacional y organismos de defensa de Derechos Humanos, a fin de que se les garanticen condiciones dignas en el penal.

Los reclusos carecen de agua potable, asistencia médica, y denuncian que son sometidos a malos tratos por personal de la guardia.

Los internos pidieron la intervención urgente de la Defensoría del Pueblo, de la secretaría de Salud del Cesar y del Instituto de Medicina Legal para que verifiquen el estado en que se encuentran los presos que desde hace siete días se encuentran en protesta, clamando además que se cumpla la sentencia T-282 de la Corte Constitucional que ordena solución a los problemas que padece la población reclusa, indicando que de no ser así, el penal debe ser clausurado.

Ayer mismo, una comisión interinstitucional ingresó al penal, valorando a los prisioneros en huelga, quitándoles los puntos de la boca.

Uno de los reclusos informó que se cosieron la boca para no recibir los alimentos, en protesta por lo que consideran una constante violación de los Derechos Humanos.

Desde el 27 de abril los internos se encuentran sin agua potable, a esta grave situación se le suma el no contar con personal médico ni medicamentos, lo que pone en riesgo la vida de los presos que se encuentran en huelga de hambre y de todos aquellos que están gravemente enfermos.

Denunciaron que 'el interno Luis Mario Acosta González, quien es uno de los que decidió coserse la boca, fue enviado a sanidad para ser valorado, pero regresó con hematomas y diversos golpes que evidencian que la guardia del penal arremetió contra él'.

Los reclusos indicaron que pese a la protesta, la penitenciaría no ha activado el protocolo de huelga que permite estar vigilantes del estado de salud de cada uno de ellos.