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El Gobierno panameño y el empresario Adbul Mohamed Waked Fares se desvincularon de los actos ilícitos presuntamente cometidos por otro miembro del clan, Nidal Waked.

'Es mi sobrino, es el hijo de mi hermano mayor. Nunca he sido socio suyo. La familia Waked en el año 80 se dividió y cada uno se fue por su lado. Desde los 80 no tengo ninguna transacción ni negocios con ellos. Son mi familia, yo no lo voy a negar', declaró ayer a la emisora W Radio.

'Quiero defenderme, tengo los libros (de contabilidad) abiertos y voy a hacer todo lo que pueda para defender mi nombre', afirmó Waked Fares.

Según la prensa panameña, el conglomerado tiene activos por más de 1.500 millones de dólares en una docena de países y emplea a cerca de 6.000 trabajadores.

Intervención. El Gobierno de Panamá mantiene prudencia y trata de poner distancia con el clan Waked.

El único que hasta ahora se ha referido al asunto ha sido el presidente Juan Carlos Varela, que se encuentra de visita oficial en Estados Unidos y que en una escueta declaración aseguró que tratará de proteger los intereses del país.

'Mi prioridad como presidente es proteger nuestra población y nuestras instituciones. He encargado al Ministro de Economía y Finanzas trabajar con los funcionarios del Gobierno estadounidense para proteger los empleos de los panameños afectados por este asunto', indicó ayer en un comunicado.

Según el mandatario, la Justicia y los entes reguladores de Panamá 'están haciendo su trabajo' y son 'independientes'.

El Ministerio Público de Panamá anunció el jueves el inicio de una investigación contra todas las empresas del grupo empresarial y la Superintendencia de Bancos de ese país intervino el Balboa Bank & Trust, entidad ligada a la familia Waked que hasta diciembre anterior tenía activos de 567 millones de dólares.

La inclusión en la ‘Lista Clinton’ implica, entre otras acciones, la congelación de los activos en EEUU y la prohibición de realizar transacciones financieras a ciudadanos de ese país con empresas implicadas.