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El asesinato del director regional de Medicina Legal, Eduardo Pinto Viloria, terminó siendo el reflejo de la frase que se ha hecho común en lecturas de criminología: no hay crimen perfecto, sino malas investigaciones. Porque el plan urdido por sus coautores, que estaban convencidos de no haber dejado cabos sueltos fue descubierto en menos de dos meses por la Dijín y la Fiscalía.

Los últimos indicios que faltaban por conocer para entender el sorpresivo final del funcionario, de 34 años, salieron ayer a la luz con la captura de su viuda, Dayana Jassir De la Hoz.

'Los elementos probatorios que hasta el momento se han recaudado hacen inferir que la señora Dayana, al parecer, tuvo que ver con los hechos', dijo el coronel Juan Carlos Nieto, subcomandante de la Policía Metropolitana, en declaraciones que entregó a los medios en el Centro de Servicios Judiciales.

Jassir fue capturada hacia las 8:30 de la mañana por agentes de la Dijín, cuando llegaba a la sala del Centro de Servicios Judiciales para presenciar la tercera de las audiencias concentradas contra tres confesos coautores del crimen: Johan Beltrán Ulloque, Miguel González Reales y Jesús Gutiérrez Arrieta.

A los 20 minutos, la viuda era ingresada a la URI de la Fiscalía, adonde fue trasladada en un auto oficial por un grupo de uniformados, en compañía de su abogado.

Habían dudas

Las sospechas de la presunta participación de Jassir en la muerte de Pinto surgieron luego de que Jesús Gutiérrez, alias Chucho, entregó el jueves un detallado testimonio de cómo fue planeada y ejecutada la confabulación contra Pinto.

En las declaraciones, Chucho sostiene que los minutos previos al homicidio registrado el 4 de mayo anterior, Jassir escuchó los diálogos telefónicos que sostuvo con Beltrán, chofer de confianza de ella y su marido.

'Aclaro que la esposa del muerto escuchó todas las conversaciones, que fueron muy claras, entre el señor Enrique (Beltrán) y mi persona, que fueron unas 15 o 20 llamadas'.

La mujer se desplazaba en ese momento en el auto Kia ‘Stylus’, de placas IRY-418, en el que trabajaba Beltrán como conductor particular, rumbo al departamento de La Guajira.

Las autoridades corroboraron que el viaje a la península era uno de los tantos que Jassir realizaba en su rutina laboral de bacterióloga, el cual también incluía desplazamientos a Santa Marta.

Beltrán le informó a Chucho, delante de ella, que ya la transportaba y le indagaba qué ruta tomar para que los interceptaran.

'La señora no mostraba ninguna inconformidad, de hecho, llegando a la vivienda manifiesta que si estamos seguros de lo que vamos a hacer, respondiéndole que no tenía de qué preocuparse, que ella ya sabía', agregó Chucho en referencia a la viuda.

Desde el principio

Las autoridades nunca desecharon de su línea investigativa que Jassir pudiera estar involucrada en el deceso de Pinto. El médico guajiro recibió tres balazos en la espalda, amordazado y acostado boca abajo en la cama de uno de los cuartos de la casa donde vivía con ella y el hijo de ambos, en el barrio Cevillar, suroriente de Barranquilla.

Aunque todavía hay informaciones bajo reserva, fuentes investigativas indicaron a EL HERALDO que Jassir estuvo bajo lupa porque no eran convincentes los relatos que tanto ella como Beltrán entregaron el día de los hechos:

'En momentos en que la esposa del fallecido sale con destino a La Guajira en un vehículo que ella contrata; luego de varios minutos de recorrido, es interceptada por dos sujetos que se movilizaban en un vehículo de transporte público, quienes la regresan a su residencia. Según ella manifiesta, por un requerimiento de un supuesto dinero que ellos debían tener'.

Las sospechas se incrementaron por lo que, con el paso de los días, fueron descubriendo y conociendo los agentes de la Dijín.

Por ejemplo, recopilaron video de una cámara de seguridad de un centro comercial que mostraban a Jassir y Beltrán en el establecimiento, un día antes del asesinato. Por las imágenes, los investigadores empezaron a desconfiar de que la relación entre ambos fuese solo la de un conductor con su patrona.

Las dudas para los funcionarios de policía judicial se incrementaron porque, en las entrevistas que rindieron durante la indagación, ni Jassir ni Beltrán se refirieron a ese episodio en el centro comercial.

Beltrán la involucró

Pese a los interrogantes que se posaron sobre Jassir, afianzados con el relato de Gutiérrez, el fiscal 26 de la URI Carlos Newball Rodríguez decidió aguardar por obtener una evidencia más comprometedora.

La espera dio resultado, luego de las primeras dos audiencias de legalización de capturas e imputación de cargos. En esta última, llevada a cabo el viernes, se conoció que alias Chucho decidió colaborar con la justicia para firmar un preacuerdo, a cambio de una rebaja de pena.

Las sindicaciones concretas que Gutiérrez hizo contra Beltrán, al que señaló de haberle contactado y prometido el pago de $3 millones para matar a Pinto, motivaron al chofer a emularlo. Por eso Beltrán se sometió el domingo a un interrogatorio y también contó su versión de lo sucedido.

Y fue el mismo conductor quien confirmó que desde hacía un año, abril de 2015, mantenía un romance con Jassir De la Hoz. 'La relación con Dayana nace porque el esposo sufría de disfunción eréctil y por la falta de afecto'.

Tales indicios testimoniales conllevaron al fiscal Newball a solicitarle a un juez, el mismo domingo, que ordenara la captura de la esposa de Pinto como coautora de los delitos de concierto para delinquir y homicidio agravado.

El arresto fue declarado legal ayer en horas de la tarde, en audiencia, por el juez penal municipal ambulante contra bandas criminales, Ricardo Méndez Díaz. Para hoy quedó programada la segunda audiencia concentrada de imputación de cargos.

La captura