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El cambio de rector de la Universidad Metropolitana abrió un nuevo capítulo en el pleito por uno de los bienes más preciados en la herencia del fallecido exsenador Gabriel Acosta Bendek: la fundación que lleva sus apellidos.

EL HERALDO dio a conocer ayer que Carlos Jaller Raad impugnó ante el Ministerio de Educación su relevo y el nombramiento de Alberto Acosta Pérez, cuñado suyo, en el máximo cargo de la institución educativa. Alega que fue violado el debido protocolo y que su salida no fue una decisión tomada en una reunión del consejo directivo.

Pero detrás del litigio en la Unimetro está la puja por la Fundación Acosta Bendek. Su importancia radica en que permite controlar el alma mater y el Hospital Metropolitano, que acumulan ingresos anuales por más de $75.000 millones.

Esa disputa fue conocida el año pasado por la misma coyuntura que detalló este diario, en un informe publicado el 8 de febrero: la denuncia que Alberto y su hermana Ivonne Acosta presentaron el 19 de diciembre de 2014, ante la Fiscalía, por sospechas de que su padre no habría muerto por causas naturales.

El parte médico indicó que Acosta Bendek, de 84 años, murió el 10 de agosto de ese año por un infarto derivado de un accidente casero.

En la queja que interpusieron, sin embargo, los hermanos no dejaban bien parada a su última esposa: Soraya Corzo Pinto. Se refirieron a presuntas contradicciones de cómo el anciano sufrió una caída en su casa, conflictos conyugales, infidelidad y 'ambiciones desmedidas' para apoderarse de la fundación.

No obstante, a falta de un examen definitivo, la indagación asignada a la Fiscalía 18 de la unidad de Vida va rumbo al archivo porque Medicina Legal dictaminó que el deceso no fue producto de una agresión.

Iniciativas familiares

El exparlamentario y su primera esposa, Sofía Acero de Acosta –madre de Ivonne–, crearon la Fundación Acosta Bendek, en cuyos registros quedaron consignados como únicos fundadores.

A través de la entidad, el médico otorrinolaringólogo (profesión de Acosta) se unió años más tarde con sus hermanos para instituir en 1973 la Universidad Metropolitana, en asocio con la Arquidiócesis y gremios económicos, representados por las seccionales de la Andi, Fenalco, la Asociación Bancaria y Acopi.

A los cuatro años de surgida la universidad, los hermanos Acosta Bendek y Acero fundaron el Hospital Universitario Metropolitano, que en promedio ha registrado en los últimos años ingresos anuales por $15.000 millones.

La puja por el control de las instituciones y la fundación comenzó con el fallecimiento de Gabriel Acosta Bendek. El primer conflicto se dio entre Ivonne Acosta y la viuda, Soraya Corzo.

Como se informó el 8 de febrero del año anterior, la Cámara de Comercio de Barranquilla definió en septiembre de 2014 el pulso a favor de Acosta Acero, al confirmar que no era fidedigna un acta de asamblea (de 2010) en la que Corzo fue designada secretaria y reemplazante de Gabriel Acosta, en caso de que faltara temporal o permanente.

Ivonne Acosta asumió así la presidencia de la fundación, de la cual era vicepresidenta desde 2008, tras la muerte de su mamá en 1995. Y como parte de sus primeras decisiones, encargó a su hermano Alberto la dirección del hospital y a su esposo, Carlos Jaller Raad, la rectoría de la universidad.

Por la universidad

Resuelto el pulso de Acosta Acero con Corzo, la nueva disputa se centró a partir del año pasado en la Universidad Metropolitana, que cada año tiene ingresos aproximados de $60 mil millones. Los intereses se dividieron entre los esposos Jaller Acosta y otros integrantes de la familia Acosta.

De acuerdo con fuentes del centro de educación superior, las diferencias comenzaron tras el arribo de una nueva asistente del rector, quien se convirtió 'en el único canal de comunicación' con él.

La indisposición llegó al punto que integrantes de la familia fundadora solicitaron a Jaller que aprobara reformas que les permitieran quedar con la mayoría de puestos en el consejo directivo, pero el superior rechazo las peticiones.

Hasta entonces hacían parte del consejo Luis Vargas Ripoll, representante de la Arquidiócesis; Jorge Hernández, por los gremios; Gina Díaz, esposa de Alberto Acosta; Luis Fernando Acosta Ossío, primo de los hermanos, e Ivonne Acosta.

Producto del requerimiento a Jaller, su esposa excluyó de la mesa directiva a su cuñada y primo, y designó en su reemplazo a Belle María Acosta e Isa Abuchaibe. Acosta Acero realizó los movimientos porque, como presidenta de la fundación, puede nombrar tres delegados de la misma en la cúpula de la universidad.

Movida en fundación

Las impugnaciones de Jaller y su apoderado jurídico también llegaron a la Cámara de Comercio de Barranquilla (CCB) porque el nombramiento de Alberto Acosta Pérez fue posible, según el recurso, luego de una reunión de fundadores de la Fundación que no existió.

La CCB entró de nuevo a mediar en esta puja porque el encuentro quedó consignado en un acta de la entidad firmada por sus asistentes: Alfonso y Eduardo Acosta Bendek, como miembros fundadores.

En esa cita se estableció que Alberto Acosta tomara el lugar de Ivonne, en la presidencia de la fundación. Con el nombramiento, y teniendo en cuenta su facultad discrecional, Acosta Pérez removió las fichas en el consejo directivo de la universidad, y delegó a Luis Fernando Acosta y María Cecilia Acosta.

Contrario a lo manifestado por las fuentes, Luis Fernando Acosta Ossío aseguró ayer por teléfono que 'siempre he sido de la junta directiva, a mí no me ha reemplazado nadie'. (Ver nota adjunta).

Estructurada una nueva mesa dirigencial de la Unimetro, esta se reunió y mediante el acta 112 del 1ro. de julio de 2016 (viernes de la semana pasada), nombró como rector a Alberto. (Ver facsímil)

Este diario también intentó contactar por segundo día consecutivo a Carlos Jaller, pero su celular permanece en buzón de mensajes.

¿Se viola el estatuto?

Las distintas decisiones que conllevaron a Alberto Acosta a la rectoría de la Unimetro, también son cuestionadas con base en el estatuto general de la misma, que está publicado en su página web.

En el artículo 82 del reglamento se indica que la universidad 'tiene su organismo de dirección en lo académico, administrativo y disciplinario independiente de la Fundación'.

Lo anterior es reforzado por artículo 83: 'El rector no podrá participar en la elección o designación de los integrantes del organismo que estatutariamente lo deban elegir'.

Según eso, Alberto Acosta no puede ser presidente de la fundación y rector al mismo tiempo, puesto que está en capacidad de nombrar tres delegados en el consejo directivo y beneficiarse de sus votos para la elección.

Rafael Pacheco Vega, abogado de Acosta Pérez, manifestó ayer que él 'tiene la autoridad y el derecho' para ser el representante de la universidad y de la fundación. 'La representación se la están dando los ancianos de la familia; los Acosta se sienten seguros con el nombramiento de Alberto y, por ninguna circunstancia, Jaller va a volver'.