El pleito por la herencia del exsenador y fundador de la Universidad Metropolitana, Gabriel Acosta Bendek, se puede resolver por 'común acuerdo' entre su viuda, Soraya Corzo Pinto, su hija Ivonne Acosta Acero y su hijo Alberto Acosta Pérez.
La pretensión de acabar el proceso de forma conciliada fue comunicada el 21 de junio pasado por el abogado de Corzo y su hija, Yira Acosta Corzo –adoptada por el exparlamentario–, en un escrito dirigido al juez 3ro. oral de familia del circuito de Barranquilla.
'Ratificamos en un todo la petición formulada ante su Despacho de común acuerdo con los apoderados de todos los interesados, contentiva en memorial radicado el 3 de junio de 2016'.
Y se agrega: 'en el sentido de que se adjudiquen los dineros en cuenta corriente y las acciones a nombre del causante (Acosta), a la cónyuge y a los interesados en las proporciones que señala la Ley, y tal como está solicitado en el memorial'.
El proceso de sucesión comenzó en septiembre del 2014, al mes siguiente del fallecimiento de Acosta por un paro cardíaco causado, según el parte médico, por un accidente casero.
Lista de propiedades
El inventario de 'bienes propios' del exparlamentario lo componen 25 inmuebles, que acumulan gran parte de los $21.070 millones que totaliza la herencia: tres fincas en los municipios Luruaco, Sabanalarga y Repelón, con un valor de $1.329 millones; ocho predios en Repelón, Ponedera y Luraco, que suman $2.671 millones; y tres porciones de terrenos en Repelón, Baranoa y Barranquilla, cuyos avalúos completan $2.301 millones.
También una casa quinta valorada en $919 millones y otra, que cuesta $1.919 millones, situadas en la zona norte de la ciudad.
El resto de pertenencias son tres apartamentos, dos en Barranquilla y uno en Cartagena; dos garajes, y una oficina situada en el edificio Centro de Profesionales, en Barranquilla, además del pago de los arriendos de cada uno de estos inmuebles administrados por la firma Arriendos del Norte.
Por último, una planta eléctrica comprada a Gecolsa S.A., 412 cabezas de ganado y cinco vehículos: cuatro autos y un campero.
Al listado también fueron agregados bienes del matrimonio Acosta Corzo y otros en cabeza de la esposa del exsenador: cuentas bancarias, aportes a la empresa Coolechera por $33 millones, el capital de la empresa Sory C. EU y cotizaciones al fondo de pensiones y cesantías Porvenir.
A lo anterior se adicionan $3.498 millones representados en 2 millones 601 mil acciones de la estatal Ecopetrol, y $2.765 millones más, en 1 millón 187 mil acciones de AO Mineros.
En otra comunicación firmada por los abogados de los hermanos Acosta, de Corzo y su hija, la cual fue recibida el miércoles pasado en el juzgado, se le solicitó 'de común acuerdo' al despacho que 'se nos autorice para elaborar el trabajo de partición' de las pertenencias del exsenador.
Una funcionaria de un juzgado civil explicó que en el trabajo de partición se empieza a dividir la totalidad de la herencia. 'Por lo general el juez lo aprueba, en este caso el partidor es un auxiliar de la justicia designado, quien hace la partición de acuerdo a los grados de parentesco. Luego, si el juez tiene que hacer objeción la hace, se corrige la observación; por último dicta sentencia, si está todo bien'.
Con esta decisión concertada, lo más seguro es que el pleito por la herencia directa del excongresista termine pronto. Queda pendiente el pulso interno que se mantiene en el seno de la familia Acosta por el control de la fundación que permite controlar a la Universidad Metropolitana y al Hospital Universitario, que en los últimos años han acumulado ingresos superiores a $75.000 millones.