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Filadelfo Pérez camina descalzo por la sala de la casa. Comenta que era la 1:30 de la tarde cuando le avisaron en la terraza que a Kevin Andrés Batlle Becerra, su amigo y a quien veía como un hijo, lo habían agredido gravemente en una pelea entre pandillas de los barrios La Pradera y Los Olivos, durante la lluvia que cayó el martes en Barranquilla. Ocurrió a cuatro cuadras de la vivienda, en la calle 115 con carrera 22, del barrio Los Ángeles I.

Pérez entra al último cuarto, acomoda la gorra que lleva puesta y seca el sudor de su frente con una mano. Su mirada brilla por la tristeza acumulada. Dos vinilos cuelgan de una de las paredes, y en el estante unos audífonos y un juego de parlantes acumulan polvo. A un lado, el filtro antiviento del micrófono permanece cubierto por una toalla blanca.

'Aquí Kevin tenía su estudio, aquí hacía sus cosas con la música y los videos, y sus amigos solían acompañarlo', comenta el técnico en arreglo de electrodomésticos, mientras destapa el filtro. En una libreta de la repisa están las anotaciones con las que daba vida a sus promociones radiales y las canciones que componía.

Batlle, de 19 años, fue asesinado el martes con dos balazos en el pecho y una cuchillada en el cuello por dos pandilleros que participaban de la pelea entre ‘los Parcas’, del barrio La Pradera, y ‘los Paragüitas’, de Los Olivos. Él intentaba calmar los ánimos de ambos bandos.

'Un amigo, ‘Rafita’, le avisó de la pelea en la cancha del barrio donde estaba él. Familiares y vecinos les advirtieron de no ir, pero Kevin se fue solo', afirma Pérez, de acuerdo con lo contado por testigos. 'Rafita hizo caso y se regresó'.

Desde hace tres años el joven estudiante de locución se dedicaba, por iniciativa propia, a mediar entre las dos pandillas. Era tanta su insistencia que incluso hacía reuniones con los miembros de los dos bandos en la terraza de su casa, donde ahora Pérez permanece sentado. Cuando escuchaba de disputas o diferencias, él siempre intercedía.

'Gracias a sus charlas, en septiembre hubo un pare de peleas durante dos o tres semanas', evoca el hombre, que convivió por cuatro años con el joven y su mamá, Emma Becerra.

Sueño en los medios. En las afueras de la sede de Medicina Legal, Emma permanece con los ojos hinchados de tanto llorar. Su voz se entrecorta al hablar de su hijo. Lo define como un hincha furibundo del Junior, aficionado a la música, con ganas de salir adelante como DJ, buen amigo y buen hijo.

'Soñaba con tener un canal de chistes en Youtube. Era súper alegre, siempre tenía palabras bonitas, cantaba música urbana', detalla Jennifer Batlle, su hermana mayor, entre lágrimas. Esconde su mirada con unas gafas de sol.

Kevin trabajaba en un proyecto para crear la emisora de la corporación universitaria Formar, donde estudiaba. Hasta hizo amistades en estaciones de radio y solían buscarlo para animar eventos. También asistía a cuanto concierto había en la ciudad porque le encantaba hacer las veces de DJ.

El hermano

Kevin Batlle Becerra tiene ocho hermanos: uno por parte de su madre y siete por su padre, Jaime Batlle. Hace cuatro meses conoció a uno de los segundos, Dustin Alexander Batlle, de 26 años, luego de convencerlo de que buscara empleo en Colombia.

'Cuando llegué, tuve un trato agradable por parte de él. El saludo de mi papá fue normal, como si ya me hubiera visto siempre, pero el de él fue especial, de una alegría', explica Dustin en la terraza de la casa. Mientras, Pérez habla con una vecina.

Dustin vivía en la ciudad de San Cristóbal, donde trabajó como obrero y limpiador de carros. Fue por Kevin que halló trabajo en un autolavado y, durante el poco tiempo que lo conoció, aprendió a 'amarlo como hermano', confiesa.

'Como persona era un tipo que te ayudaba, podía tener un problema y te daba ánimo, un consejo. Con sus amigos era así, se reunía allí', expresa, mientras señala con el índice las baldosas del lugar.

De repente, ya no puede contener sus lágrimas. 'Cuando hablo con los amigos de él, me dicen que nadie lo supera porque ese peleo era bien, trataba de evitar los problemas. Decían que él era el que quería la paz entre los dos grupos, pero pasó lo que tenía que pasar', enfatiza. Luego, suspira.

Mediador por vocación

Fuentes de la Policía informaron que Batlle Becerra mediaba entre ‘los Parcas’ y ‘los Paragüitas’ sin apoyo de alguna autoridad, ni con el objetivo de vincularlos al programa ‘Jóvenes a lo Bien’ de la Alcaldía.

'Lo hacía personalmente. Hace mes y medio hicimos la primera reunión en el sector. Lo que pasa es que muchas (pandillas) se aquietan y se alborotan cuando empiezan las lluvias', explicó.

En Facebook, un contacto suyo escribió en su perfil el mensaje póstumo '#Kevin_grocero_eterno (sic)'. Se refiere a la pandilla ‘los Groseros’, que 'hace tres años se desintegró', agregó la fuente consultada.

Jóvenes a lo bien

En la actualidad, 160 empresas privadas están vinculadas al programa ‘Jóvenes a lo bien’, que busca capacitar a jóvenes vulnerables al consumo de drogas y la conformación de bandas al margen de la ley. Han sido capacitados 680 jóvenes, a través del Sena.

'Con ellos se han creado 22 unidades productivas. Este año hay cinco activas: de gallinas ponedoras, panadería, electricidad domiciliaria y dos de útiles de aseo', informó la fuente de la Policía.