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La última vez que Cecilia Parra habló con su esposo Álvaro Luis Barrios Bernal, la tarde del pasado 9 de octubre, le advirtió sobre salir por las calles del barrio Me Quejo, suroccidente de Barranquilla, en horas de la noche.

'Venían pasando cosas muy malucas por aquí, a cada rato atracan', puntualizó la mujer, en la sala de su vivienda, en la calle 82 con carrera 26C1-52, acompañada por cuatro de sus siete hijos, sobrinas y vecinos.

La última vez que Barrios Bernal volvió a casa, la madrugada del pasado 10 de octubre, cojeaba y pedía auxilio por el dolor que sentía en su cuerpo. Dos atracadores le habían propinado una salvaje golpiza en un andén de la 82C con carrera 27, cuando acompañaba a una vecina hasta su casa.

'Llévenme, no me dejen morir, me duele aquí', imploró el apaleado hombre a amigos y conocidos, con los que había estado bebiendo durante la noche. Sus manos tocaban la parte inferior izquierda de su espalda, mientras su delgado cuerpo empezaba a hincharse. Lo llevaron al Hospital La Manga y luego fue trasladado a la Clínica Vidacoop. Hace 7 días fue remitido a la clínica El Prado.

El martes, a las 3 de la tarde, tras recibir atención médica durante 22 días, Barrios Bernal, albañil de 57 años, falleció por la gravedad de las heridas: múltiples traumatismos en el cuerpo, tres costillas fracturadas y un pulmón perforado por una de estas. Fue entonces cuando su familia denunció el caso ante la Policía.

Los hechos

Eran las 2:15 de la mañana cuando Parra y sus hijos fueron despertados para enterarse de lo sucedido. El domingo Barrios Bernal permaneció en casa y a eso de las 7:30 de la noche comenzó a beber con amigos en una esquina del barrio. De acuerdo con un familiar, que pidió reserva de su identidad, era 'usual' que bebiera los fines de semana, pero siempre le advertían de los peligros que traía consigo la noche, la calle y los amigos de lo ajeno.

Pasada la medianoche, una vez finalizada la jornada laboral, una vecina que administra un negocio de comidas rápidas en el barrio, le pidió al albañil que la acompañara hasta su casa. El hombre volvió a su hogar por unas chancletas, pero una de sus hijas le aconsejó que no fuera y se quedara. Barrios Bernal decidió irse descalzo.

'Cuando iban bajando llegaron dos tipos en un moto. La iban a atracar a ella, la revisaron y no le encontraron nada. Luego se fueron contra él y le comenzaron a pegar', afirmó.

De acuerdo con testigos, la mujer les ofreció 40 mil pesos que llevaba consigo para que se detuvieran. Estos cogieron el dinero, le ordenaron a la mujer que se fuera y después de unos minutos dejaron de golpear al albañil.

Con las fuerzas que le quedaban regresó a pedir auxilio a sus amigos.

'Él siempre decía: ‘A mí todo en el mundo me conoce en el barrio y nadie me hace nada’, pero le decía que no es gente del barrio la que hace daño y así sucedió', enfatizó la viuda ante la mirada de sus acompañantes.