La Fiscalía 18 seccional de la unidad de Vida acusó de manera formal ante un juez a Dayana Jassir De la Hoz, como determinadora y coautora del asesinato de su esposo Eduardo Pinto Viloria, al morir director regional de Medicina Legal.
'En las evidencias existe la probabilidad de que ella mandó a matar a su marido', aseguró el fiscal de apoyo Rodrigo Restrepo Reyes ante el juez 6 penal del circuito, Domingo García Pérez, durante la audiencia realizada entre la mañana y la tarde de ayer, en la sala 18 del Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla.
El médico guajiro, 34 años, fue baleado la madrugada del 4 de mayo de este año en una casa del barrio Cevillar, suroriente de Barranquilla, donde vivía con su mujer, su hijo y una pariente.
En la acusación leída por el delegado se mantiene la hipótesis de que la bacterióloga y Johan Beltrán Ulloque planearon una coartada para fingir un fatal atraco casero. Beltrán, además de amante de ella hacía un año antes del crimen, era chofer suyo y de Pinto.
'El presunto hurto fue un montaje para despistar a las autoridades, fue un sicariato planeado por Dayana y Johan', refirió el fiscal. Para ello –continuó– 'contrataron por $2 millones 900 mil' a Jesús Gutiérrez Arrieta, alias Chucho; Alberto Cabrera Barrios, alias ‘Ñeco’, y al taxista Miguel González Reales, ‘Migue’.
Con esta decisión Jassir afrontará un juicio, cuya audiencia preparatoria fue programada para cumplirse el próximo 15 de diciembre.
Acceso al inmueble
La teoría de la Fiscalía incluye que la detenida 'hizo posible la entrada al inmueble' de los asesinos, y que 'participó activamente en la ejecución del homicidio'. El planteamiento se soporta en los interrogatorios rendidos por el conductor Beltrán y el sicario Gutiérrez, en especial de este último.
En su declaración como indiciado, el segundo afirmó que 'la esposa del muerto escuchó todas las conversaciones que fueron muy claras entre el señor Enrique (Johan) y mi persona, que fueron unas 15 o 20'.
Se refirió a que la Fiscalía, la Dijín y el CTI encontraron rastros de llamadas entre los dos antes, durante y después de que el chofer recogiera a Jassir De la Hoz en su residencia, a bordo de un Kía ‘Stylus’ de placas IRY-418, para transportarla hacia La Guajira. Lo anterior fue posible por el análisis de los registros entrantes y salientes de los celulares, así como de la ubicación de señales satelitales.
En el taxi, ‘Migue’, ‘Chucho’ y ‘Ñeco’ interceptaron en la Cordialidad con carrera 6 al auto que maniobraba Beltrán y en el que iba Jassir. Luego se regresaron los cuatro a la casa, en la calle 46 con carrera 18, Cevillar.
'Llegando a la vivienda (Jassir) manifiesta que si estamos seguros de lo que vamos a hacer, respondiéndole que no tenía de qué preocuparse, que ella ya sabía; me pide el celular, que cómo va a llamar al esposo, que yo ya se lo había quitado. Y llama al muerto, manifestándole: amor, se me quedaron unos papeles, ábreme', declaró ‘Chucho’.
Evidencias
La formulación de acusación por parte de la Fiscalía, y la decisión de Jassir de declararse inocente, significa que afrontará un juicio por los delitos de homicidio agravado, hurto calificado agravado y porte ilegal de armas.
Además de anunciar cuál será su teoría del caso, el fiscal Restrepo hizo el descubrimiento de los elementos probatorios que ha recopilado. Testimoniales son 33, incluyendo entrevistas e interrogatorios. Y documentales, 228, entre esas informes de policía judicial, videos, grabación de llamadas, reporte de balística y la necropsia al cadáver.
La inspección a la escena del crimen, que hace parte del segundo paquete de evidencias, será usada por el delegado acusador para intentar demostrar que Pinto fue víctima 'de violencia física y psicológica'.
De acuerdo con ese elemento material de prueba, el funcionario forense fue amarrado de manos y luego acostado boca abajo en una cama. Según la acusación, ‘Ñeco’ le colocó allí una almohada en la espalda y lo propinó tres balazos.
Detalle
También preacordará
Alberto Cabrera Barrios, alias Ñeco, manifestó en compañía de su abogado la intención de también preacordar con la Fiscalía y acogerse a un principio de oportunidad para declarar, como hicieron Gutiérrez, Beltrán y González.