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Tenía que cumplir con una nueva jornada dominical de fútbol y regresar a casa, como venía haciéndolo cada fin de semana. Pero no. Ronald Santiago Padilla nunca volvió a su hogar porque durante la madrugada del lunes fue baleado por dos hombres, que pretendían robar la moto en la que era transportado por un amigo.

Santiago salió a las 11 a.m. del domingo de su vivienda, situada en la calle 29 No. 22-43 del barrio Ferrocarril, en Soledad. El destino era la cancha de fútbol del Cementerio de Soledad 2.000, 'donde acostumbraba a competir', contó su mamá Magalis Padilla. 'No lo vimos llegar en todo el día, sin embargo no estábamos preocupados porque normalmente hacía eso, aunque tenía tiempo que no amanecía tomando'.

Para los familiares del trabajador en logística de bodega, quien laboraba en una empresa de mensajería, la tranquilidad se agotó el lunes al ver que no aparecía.