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El pasado 28 de diciembre Yarelis María Arévalo Fontalvo recibió una llamada y salió de su casa en el barrio Rebolo, sin decir para dónde iba ni quién la había llamado. Horas más tarde el cuerpo de la joven, de 19 años, fue hallado sin vida en una calle del sector la Bendición de Dios. Tenía dos tiros en la cabeza que le propinó el parrillero de una moto.

Yarelis Arévalo se convirtió ese día en la última mujer asesinada en el Atlántico en 2016, año que cerró con 51 casos, de los cuales nueve fueron catalogados feminicidios (mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas).

Cuatro muertes fueron causadas por balas perdidas y una ciudadana ecuatoriana falleció por una pedrada en la cabeza que le propinaron delincuentes, quienes intentaron detener el auto en el que se movilizaba. Las demás muertes se dieron por sicariatos y atracos.

El 2015 cerró con 35 homicidios de mujeres, lo que representa un aumento del 45 por ciento de los casos en relación con el 2016. De esos, 12 fueron feminicidios. En 2014 fueron ocho los crímenes de este tipo, de un total de 47 víctimas.

De 20 puñaladas

El 7 de febrero Liliana Esther Figueroa Jiménez fue asesinada por su pareja Alaín David Reyes Mercado, en medio de una discusión registrada en el barrio Galán, del municipio de Luruaco.

Familiares de la víctima dijeron que eran constantes las discusiones entre la pareja, especialmente cuando Reyes Mercado llegaba en estado de alicoramiento. Esa madrugada, contaron familiares de la mujer de 32 años, escucharon los gritos de ella, pero no prestaron atención. Debido a que los gritos no cesaban, llamaron a la Policía que al llegar al lugar la encontraron gravemente herida: su pareja le había propinado 20 puñaladas. De inmediato la llevaron al hospital del municipio, pero murió debido a la gravedad de las heridas que sufrió.

Tras el hecho, la Policía capturó a Reyes Mercado, quien se escondía en una casa cercana del lugar donde se registró el hecho.