El revuelo, estupor e indignación que causó el atroz asesinato en Bogotá de la niña de 7 años Yuliana Andrea Samboní Muñoz; trajo a la memoria de muchos en el Atlántico lo ocurrido con la pequeña baranoera de 9, Angie Paola Ortega Palma, también raptada, violada y asesinada, hace 4 años, 7 meses y 18 días.
A diferencia del caso Samboní, que afortunadamente se resolvió en un mes y una semana, y el próximo 29 de marzo se conocerá la condena contra el confeso asesino Rafael Uribe Noguera; en el caso Angie Paola son más las incógnitas que las verdades que han salido a la luz.
Preguntas como: ¿por qué si ha transcurrido tanto tiempo aún no se conoce una sentencia condenatoria contra el sindicado Yesid Lafaurie Pérez? Si no es el asesino, ¿entonces por qué permanece privado de la libertad?... Y, peor aún: Si no fue Lafaurie, ¿entonces quién mató a Angie Paola?
La premisa que moradores baranoeros lanzan en sitios abiertos como la plaza municipal y sectores concurridos, de que el asesino y pedófilo de Angie Paola posiblemente ande suelto y mofándose de las autoridades, ha crecido como una bola de nieve por una situación inusual que ocurrió el 15 de noviembre del año pasado, pero que apenas trascendió hace unos días.
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Un hombre delgado, alto, de piel morena, vestido de camisueter azul, bluyín y chancletas, que se movilizaba en una motocicleta de color negro con verde; arribó a la Institución Educativa Francisco José de Caldas, sede No. 2, situada en la calle 22 No. 23 - 24, barrio El Campesino, de Baranoa; con la aparente intención de llevarse a una estudiante de quinto grado de apenas 11 años, prima de la desaparecida Angie Paola, hija de Angélica Elvira Ortega Palma.
Investigadores del CTI que en su momento estuvieron asignados al caso, manifiestan que este sujeto utilizó el mismo modus operandi con el que se cree también fue secuestrada Angie Paola (el sujeto que la persuade y se la lleva en una moto), para luego ser accedida sexualmente, asesinada e incinerada.
Pero, ¿qué impidió que el tipo desconocido lograra su cometido? Que la menor, a diferencia de Angie, le respondió tajantemente a este hombre que la buscaba, que ella no lo conocía y, por ende, no se iría con él a ningún lado.
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Uno de los factores que genera preocupación y que incluso debe encender las alarmas de las secretarías de educación municipal y departamental, es la facilidad que tuvo el hombre desconocido de ingresar a la institución educativa ‘como Pedro por su casa’, llegar a pocos metros de la entrada del salón donde se encontraba la menor y luego marcharse sin levantar sospechas de docentes y directivos del colegio.
Un investigador judicial relató lo ocurrido el pasado 15 de noviembre. 'A las 4:30 de la tarde el sujeto entró al colegio. Caminó por los pasillos y les preguntó a unos estudiantes que dónde se encontraba la niña, llamándola por su nombre. Ellos, inocentes de quién se trataba y qué intenciones tenía, la buscaron y la trajeron. El tipo, al verla, le dice: ‘Te vine a buscar’. Y ella le responde: ‘¿Quién eres tú? ¿Para qué me buscas?’. El sujeto le insiste: ‘Vamos, que tu mamá me mandó a buscarte’. Y ella rotundamente le contesta: ‘No me puedo ir contigo, porque no te conozco', detalló el investigador.
Tras la contundente negativa de la niña de 11 años, el sujeto salió molesto del colegio, sacó las llaves de uno de los bolsillos, prendió la moto y se fue; según el relato de la infante a los miembros de Policía Judicial.
La pequeña posteriormente acudió a la vivienda de una amiga de Angélica Ortega, su progenitora, que vive a tres casas del colegio y le suplicó que, por favor, la acompañara hasta la Urbanización San José II, situada en la vía Baranoa - Usiacurí, donde reside con la mamá y el hermano de 9 años.
Esta, sin pensarlo dos veces, se cambió y la llevó hasta donde Angélica, quien al enterarse de lo sucedido entró en una crisis nerviosa y tuvo que ser trasladada a un centro asistencial.
Al día siguiente, es decir, el miércoles 16 de noviembre, Angélica Ortega y su pequeña hija acudieron al colegio Francisco José de Caldas y pusieron al tanto de lo ocurrido al rector y al cuerpo docente. Estos priorizaron el caso remitiéndolo al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), donde la niña desde entonces recibe ayuda psicológica de parte de especialistas.
Los agentes de la Sijín que están al frente del caso manejan el nombre de Deivis, como el presunto sujeto que llegó a buscar a la niña.
También analizan la hipótesis de que este sujeto es muy cercano a la familia, pues llegó directo al salón, preguntando con nombre propio y de antemano sabía que la pequeña saldría a eso de las 4:30 de la tarde, porque se encontraba en exámenes finales.
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No tenemos celaduría
El rector de la Institución Educativa Francisco José de Caldas de Baranoa, Edgardo Espiter López, no ocultó su preocupación por lo sucedido, pero achacó la responsabilidad a la falta de servicio de celaduría que a la fecha la secretaría de Educación municipal no ha asignado para la sede 2 de la escuela.
'Desde hace varios meses hemos venido solicitando celaduría para aquella sede, pero no hemos recibido respuesta de la secretaría de Educación. Afortunadamente la niña está bien instruida y no se fue con ese tipo desconocido. De lo contrario, estuviéramos ahora mismo lamentando una tragedia', manifestó el director de la institución.
El profesor Espiter se comprometió a seguir gestionando la llegada de unos celadores, para garantizar la seguridad de los niños en este 2017.
La muerte del padre y la decisión de la niña
Muchos alaban la decisión radical de la niña de no moverse del colegio y mucho menos subirse en la moto de un desconocido, pese a que este manifestaba venir de parte de su mamá.
Los investigadores expresaron que, por las entrevistas de campo realizadas, lograron determinar que su padre quien fue asesinado el 11 de junio del año pasado, la tenía muy bien adiestrada.
'El papá, al conocerse el hecho lamentable de Angie Paola, tomó medidas de precaución para proteger a su pequeña hija. Le advirtió que no podía confiar en desconocidos y menos aceptar invitaciones. Esos consejos del progenitor fueron valiosos para evitar una tragedia', agregó el agente.
La Policía en su momento reportó que Marco Fidel Heredia Terán, de 29 años, padre de la niña y marido de Angélica Ortega Palma, fue ultimado en la trocha La Limonera, entre Baranoa y el corregimiento de Caracolí.
Este se movilizaba en su moto y, al parecer, fue asesinado por centinelas del sector que lo habrían confundido con un ladrón.
Desde ese momento Angélica Ortega vive sola con sus hijos, a quienes protege como su más preciado tesoro para evitar que sufran el triste desenlace de su sobrina Angie Paola.