El desfile era encabezado por el sonido del bombo y del clarinete de la banda de Puerto Giraldo, el contoneo de 20 faldas cumbiamberas seducidas por la tambora y el millo, y por la melodía de la danza Son de Pajarito, herencia musical de las poblaciones asentadas a orillas del Canal del Dique.
El ganadero Manuel del Cristo Martínez Romero convirtió su muerte en una fiesta; el cortejo fúnebre, en un desfile de Carnaval. Su cajón recorrió cinco calles del corregimiento Puerto Giraldo, en el municipio de Ponedera (Atlántico) con música, baile y licor hasta llegar al cementerio.
'El planificó su muerte hace cinco años, pero data de hace tres cuando lo escribió. Siempre hacía poemas sobre la muerte porque decía que iba a planificar su funeral e iba dejar todo pago', explicó Flor Martínez, la menor de sus ocho hijos, en el patio de su sobrina Vanessa Bolívar, alcaldesa de Ponedera.
Flor ha bailado durante más de dos horas cumbia, fandango y pajarito con la pollera que lleva puesta. No ha tenido tiempo para llorar. Lo hace solo cuando está sola, pero durante el día cumple el último mandato de ‘Mañe’ Martínez: 'menearle la falda hasta su entierro o de lo contrario dijo que me puyaba la nalga'.