Deiner Díaz Pavia conciliaba el sueño en su casa en la carrera 21 con calle 12 del barrio La Luz cuando escuchó el último de los seis disparos.
Eran las 6:20 a.m. cuando se levantó y corrió hacia el pasillo. Intentó abrir la puerta del cuarto de su hermana Yudi pero estaba cerrado con llave.
Empujó un par de veces la puerta hasta que, junto a su hermano, lograron forzar la puerta.
Allí encontraron a Yudi acostada en la cama malherida por los cuatro impactos de bala que había recibido.
A su lado yacía inmóvil Ermi David Castro Bastidas de 32 años.
'Le disparó y se acostó al lado de ella con los ojos abiertos, pensamos que él también se había disparado y estaba muerto', recontó Deiner horas después a las afueras de las instalaciones de Medicina Legal, donde esperaba que el cuerpo de su hermana le fuera entregado.
Entre los dos hermanos la cargaban para llevarla a recibir atención médica cuando vieron a Castro Bastidas levantarse de la cama.
De acuerdo con Julián Flórez, Comandante del Distrito III de la Policía, el presunto homicida intentó dispararse pero ya había usado las seis balas que guardaban las recámaras del revólver en dirección de Yudi.
Caminó hacia la cocina y allí tomó un cuchillo. El mototaxista y prestamista intentó quitarse la vida hiriéndose con este objeto en el cuello.
La joven de 22 años fue llevada al Paso La Luz-La Chinita. Allá llegó sin signos vitales.
Ermi fue transportado al Hospital Barranquilla en donde recibió atención médica. De acuerdo con el comandante Flores, está fuera de peligro y bajo custodia policial para ser judicializado por el crimen.
la relación
Yudi tenía una hija de tres años con Jorge Lidueña, su esposo de quien se había separado.
Durante ese año que llevaban alejados conoció a Ermi Castro.
Su relación no era constante, e incluso se habían distanciado días antes de que el hombre la asesinara.
'Muchas veces le dije que se alejara de ese hombre porque sabía de lo que era capaz', comentó Lidueña, quien mantenía una buena relación con ella a raíz de su hija.
Sin embargo, Deiner, hermano de la víctima afirmó que el hombre nunca había sido agresivo o la había siquiera insultado en su presencia.
El sábado había salido desde las 7 de la noche, hora inusual para ella, de acuerdo con su amiga.
Vecinos la vieron recorrer el barrio aprendiendo a manejar la moto de una de sus amigas.
Esa noche estuvo en un estadero en el barrio en el que vivía hasta la 1 de la mañana.
Recibió una llamada de Ermi, quien la invitó a otro lugar, el cual quedaba a pocas cuadras de donde estaba.
Cuando llegó al establecimiento ni siquiera se acercaron sino hasta tiempo después.
'Él se puso con una actitud conquistadora, diciéndole mi amor, como si todo estuviera bien', recuenta Deiner, quien ya había sido testigo de estas reconciliaciones y lo vio como algo normal en su relación de pareja.
Ambos estuvieron consumiendo alcohol hasta altas horas de la madrugada. Se fueron juntos hacia la casa de ella a las 5 de la mañana.
Una hora después el hombre la asesinó.
Soñaba con una peluquería
Yudi quería seguir los pasos de su madre y se dedicaba en el día a día a arreglar a clientes a domicilio.
Hasta hace poco tiempo había estudiado salud ocupacional en el Sena, pero se retiró cuando separó de Lidueña, su esposo.
'Iba a pasar hojas de vida como cajera de supermercado para tener un ingreso seguro', detalló el hombre sobre los planos a corto plazo que tenía la joven.
El feminicidio de Yudi es el quinto que se registra este año en Barranquilla y el noveno en el Atlántico.
Investigan muerte de joven en La Chinita
La Policía se encuentra indagando los móviles del asesinato de una joven de 15 años al medio día de ayer en la carrera 15 con calle 6 del barrio La Chinita. Versiones preliminares indicaban que la joven, de nacionalidad venezolana, había sido asesinada por quien sería su pareja. Las autoridades, por otro lado, afirman que el hecho fue un accidente cuando la joven departía con un grupo de amigos que manipulaban un arma. Fue llevada al Paso de La Chinita de donde fue remitida al Camino Adelita de Char, donde falleció.
