Kelly Judith Pérez Ruiz creció cuidando a dos de sus tíos en una casa en la carrera 27 con calle 37 del barrio San Roque. Ambos sufren de esquizofrenia debido a una hipoxia cerebral que los lleva a actuar como si fueran unos niños de 4 años.
Jorge y Pablo Pérez Machado, a las edades de 60 y 55 años, respectivamente, aún deben ser ayudados para atender sus necesidades personales del día a día.
Su rutina de sueño, que debe ser medicada debido al trastorno que les hace dormir poco, va desde las 12 de la noche hasta las 5 de la mañana.
A esa hora, se despiertan ante la alarma sincronizada del final de los efectos de las pastillas para dormir.
En la mañana de ayer, eran las 5 cuando esta rutina se vio detenida por una ocurrencia.
Jorge despertó y avisó que se bañaría. Salió al patio, en donde está la pieza en la que dormía Pablo. Volvió inmediatamente con un semblante consternado.
'Pablo se cayó y partió todo el cuarto', le dijo el hermano mayor a Kelly Judith.
Ella salió a verificar lo que le decían. Encontró una escena que le generó una sensación entre 'la incertidumbre y el dolor'.
Su hermano de 55 años yacía debajo de la cama, inmóvil. Del techo goteaba una tubería que ante el calor se había agrietado. En la pared, la mitad de un cuadro se había incinerado mientras la otra permanecía intacta. El abanico estaba completamente derretido en el suelo y la cama parecía haberla consumido un fuego que se llevó el colchón y la colcha, pero dejó la madera.
Julián Flórez, comandante del Distrito III de la Policía, manifestó que las primeras hipótesis apuntan a un cortocircuito y que de acuerdo con la información de unidades de criminalística, falleció a causa de la inhalación de gases.
A Kelly esta teoría le genera 'dudas'. No entiende por qué el perro que duerme en el patio no ladró, por qué Pablo no gritó, por qué lo encontraron debajo de la cama y por qué no salió, si la puerta, hecha de anjeo, estaba abierta.
Además, hay un joven, de origen venezolano, quien está a cargo de ambos hombres y se ocupa de cuidarlos. Duerme en el cuarto aledaño y con la ventana abierta; tampoco escuchó nada. Presumen que entre las 2 y las 5 de la mañana ocurrió el incendio.
Su hipótesis
A Kelly le causó suspicacia un llamado que recibió en la mañana de ayer.
Su tía, quien vive en España, la llamó para preguntarle sobre lo sucedido. 'Nadie sabía acá en Barranquilla y ella ya me estaba llamando a preguntar', cuestiona la mujer.
'No voy a afirmar nada pero quiero que haya una investigación porque hay varias cosas raras que pasaron ahí', reiteró.
Actualmente ambas se encuentran envueltas en un lío jurídico que comenzó desde la muerte, hace 3 meses, de Judith Machado Tatis, abuela de una, hermana de la otra.
Al tener dos hijos que sufren de discapacidad, ellos serían los receptores de la pensión de la Sociedad Portuaria que su madre recibía. Sin embargo, alguien debe cuidar de ellos y asegurarse de su bienestar.
A las 9 de la mañana de ayer se suponía se celebraría la audiencia ante la Curaduría para establecer quién sería el guardián legal de ambos hombres.
La mujer asistió, luego de que el CTI hiciera el levantamiento del cuerpo en su casa. Llegó al Centro de Servicios Judiciales, donde la audiencia fue aplazada hasta el 8 de junio porque, según cuenta la mujer, no había luz.
Sospecha que su tía quiere 'quedarse con el dinero y dejarlos a ambos en la calle'. La tía piensa que ella se gasta el dinero de la pensión, que no le pertenece.
'Estoy atando cabos, y pienso que ella lo que quiere es que me nieguen la custodia y quedarse con un dinero que no se ha ganado', concluye Kelly.