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Laureano Díaz Gómez, dueño del bus de placas UZA 683, que se accidentó en la vía a Tubará, reapareció ocho días después del choque.

'Estaba en Bogotá porque a mis 67 años sufro de quebrantos de salud y me encontraba bajo tratamiento médico', explicó el socio y fundador de Transportes Especiales El Copey.

Esta empresa comenzó en 1993 y según Díaz este es el primer accidente con víctimas fatales en sus 24 años de existencia.

Afirma que no tiene conocimiento de los daños que los heridos denuncian que había presentado el bus antes del choque.'Se hizo el viaje porque estaba el carro sin hacer nada y el conductor desocupado. Él se ofreció para hacerlo y el vehículo estaba en perfectas condiciones, de no ser así no hubiera arrancado', expresó el dueño.

Frente al estado del vehículo aseguró que tenía vida útil hasta 2021. 'Hay una inversión y el Ministerio los deja trabajar con todos los documentos al día, los cuales tenía'.

Sobre el Fuec, contrato que detalla la ruta que debía tomar el conductor del bus, Díaz manifiesta que el conductor lo llevaba pero que luego del accidente todos los papeles, tanto del chofer como del bus, se perdieron.

Agregó que no ha podido hablar con Ariel Herrera Padilla, chofer del bus, puesto que este todavía permanece bajo observación en un centro médico.

El lunes se reunió con Manuel Cuentas, padre de una de las víctimas fatales, para reafirmarles que todos los costos de lo sucedido estaban cubiertos bajo el seguro de responsabilidad contractual que tiene la empresa.