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El 8 de mayo Fray Mauricio Bravo Plazas esperó a que todos los pasajeros se montaran al bus que conduciría desde Cúcuta hasta Valledupar. Justo antes de partir, dos agentes de la Policía, vestidos de civil, se acercaron a él y le requirieron los papeles.

Al verificar su identidad lo arrestaron, haciendo cumplir la orden de captura que tenía en Brasil, notificada por medio de una circular roja de la Interpol por el delito de tráfico internacional de estupefacientes. Es requerido en extradición.

Según las autoridades, Fray Mauricio Bravo Plazas es alias Picoro, uno de los delincuentes más buscados en Brasil por la red de tráfico de drogas que ha organizado para transportar sustancias desde ese país hasta Europa.

Según sus familiares, Fray Mauricio Bravo Plazas es un conductor de bus que nunca ha salido del país y que ni siquiera ha solicitado un pasaporte en su vida. 'Lo que más disfruta es interpretar rancheras y el parlante en el que las canta lo tiene empeñado', cuenta su tío Arnulfo Bravo Plazas.

De acuerdo con la Fiscalía y la Interpol, entre el 2013 y 2016, ‘Picoro’ utilizó correos humanos para transportar cocaína a Holanda y debido a esto le fue impuesta medida de aseguramiento intramural en la cárcel La Picota.

Según su abogado Andrés Pacheco Ávila, existen constancias de los viajes que ha hecho como conductor de la empresa y los pagos que se hicieron por la prestación de servicios en las fechas en las que presuntamente se encontraba delinquiendo en Panamá y Brasil.

Robo de identidad

Fray Mauricio perdió su cédula en 2012 en Barrancabermeja.

El abogado defensor asegura que por medio de este documento, un delincuente solicitó un pasaporte en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, sede Medellín. El documento expedido era auténtico y no descarta que haya habido 'corrupción de por medio'.

'De acuerdo con los testimonios de las mujeres que fueron reclutadas como transportadoras de drogas, el delincuente se identificaba como Fray Mauricio Bravo Plazas', explicó el jurista la razón por la que se emitió la circular roja de la Interpol.

Sin embargo, ni la foto ni las huellas del pasaporte corresponden con las del conductor de bus, de 39 años.

Su tío Arnulfo relata que a su sobrino le decían ‘el Manco’ porque a los 14 años perdió dos dedos en un accidente con una motosierra en su natal San Vicente de Chucurí, Santander. No obstante, en el pasaporte que supuestamente sacó, están las 10 huellas, un imposible dada la carencia de Fray Mauricio.

'El análisis dactiloscópico que comprueba que no son las huellas se incorporó a las pruebas', declaró el abogado.

El plazo para solicitar e incorporar pruebas al proceso se venció y ahora se encuentran esperando a que el magistrado se pronuncie.

Mientras tanto, Fray Mauricio espera en la cárcel. 'Gracias a Dios no le ha pasado nada, se ha congraciado con los otros reclusos y por allá canta sus rancheras', finalizó su tío.