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El asesinato del cuidador de carros Devinson Samir Mendoza Villarreal, hecho que sucedió la noche del pasado martes 19 de septiembre en un andén de la carrera 43 con calle 70, puso al descubierto un conflicto que se viene gestando en Barranquilla por el dominio del espacio público entre vendedores y trabajadores ambulantes.

La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público calcula que en la localidad Norte-Centro Histórico existen, al menos, 13.000 vendedores ambulantes estacionarios, pero desconoce el número de vendedores itinerantes o ‘maneros’, como ahora se les llama. Estos, según la dependencia, se han incrementado en un 100% en los últimos meses debido a la presencia de foráneos, principalmente venezolanos. Es con ellos con quienes los nativos se disputan hoy las ‘zonas de trabajo’.

Mendoza Villarreal, apodado ‘el Mono’, fue acuchillado por un ciudadano venezolano llamado Leandro Andrés Paz Rubio, en medio de una disputa por el ‘puesto de trabajo’, es decir la zona de parqueo de una panadería y una carnicería de permanente tráfico de clientes del barrio Las Delicias.

Paz Rubio fue capturado por las autoridades policiales el mismo día de los hechos, y en su paso por las salas de audiencias del Centro de Servicios Judiciales, la Fiscalía expuso ante un juez que el indiciado había actuado en venganza porque la víctima no lo dejó trabajar en el mismo lugar en que este lo hacía.

En la diligencia, el ente investigador reveló detalles sobre la forma como el foráneo y otro individuo conocido con el apodo de ‘el Chino’ llegaron hasta el ‘parche’ del ‘Mono’ con la finalidad de conseguir que este les diera la oportunidad de asentarse en el sitio.

Un amigo del ‘Mono’ y testigo de toda la situación, llamado Estiven René Torregrosa Garzón, de 29 años, mencionó que 'todo comenzó el 18 de septiembre, cuando el venezolano llegó hasta la zona con ‘el Chino’ y le preguntaron al Mono quién cuidaba el parqueadero… Que les diera un espacio para vigilar el parqueo de los carros porque necesitaban alimentar a sus hijos…'.

Ante la solicitud, de acuerdo con lo dicho en audiencia, ‘el Mono’ respondió que 'allí no había espacio para ninguno, y pidió el apoyo del administrador de un restaurante chino de la zona para sacarlos'.

Posterior a ello, según el testimonio, 'el venezolano alteró el ambiente y le dijo al Mono que lo iba a atacar cuando lo viera solo'.

Con la amenaza lanzada, el testigo señaló que 'el martes 19, como a las 8:30 de la noche, el venezolano llegó con ‘el Chino’ hasta uno de los negocios donde estaba parqueando ‘el Mono’ y empezaron a discutir con él… Observé al ‘Chino’ que tomó por la parte de atrás al ‘Mono’, le hizo una llave… En eso el venezolano le metió dos puñaladas'.

‘El Mono’ quedó tendido en el piso, muerto de manera instantánea, mientras el asesino y su cómplice huyeron con rumbos distintos.

En audiencia también quedó evidenciado que el venezolano Leandro Paz Rubio, tras el ataque, corrió por la calle 70 y con mucha agilidad llegó hasta el parque Suri Salcedo. Allí fue interceptado por una patrulla de la Policía que lo sorprendió quitándose una camiseta del equipo Barcelona y una gorra azul que llevaba puestas en el momento del incidente.

La Fiscalía detalló que Paz Rubio, barbero de oficio, había llegado a Barranquilla seis meses atrás e inicialmente se vinculó en una peluquería de barrio. Pero un supuesto robo lo hizo salir del negocio.

'Dijo ser también vendedor de manillas, estuvo en el Paseo Bolívar y ahora dormía en el parque Suri Salcedo. No tiene arraigo y toda su familia vive en Venezuela', precisó el ente investigador en medio de la diligencia.

El venezolano fue enviado a la cárcel Modelo por decisión de la juez Sexta Penal Municipal con funciones de control de garantías.