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La última semana de Andrés Arturo García Miranda no fue la más tranquila de todas, pues, como explicaron sus familiares, temía por su vida. A las 9:05 p.m. del pasado martes, el hombre de 29 años sufrió un ataque con arma de fuego que convirtió su miedo en realidad.

El hecho ocurrió en la carrera 7D No. 44-19 (La Alboraya), en la terraza del apartamento donde residía García Miranda junto a su pareja, una hijastra y otra mujer, a quien las autoridades investigan por el papel que presuntamente pudo jugar en el homicidio.

García estaba sentado en el frente de su vivienda cuando se acercaron dos sujetos en motocicleta y abrieron fuego sin mediar palabra. El resultado del ataque fue seis impactos de bala que dejaron a la víctima tendida en el suelo ante la mirada de varios vecinos que trataron de auxiliarlo.

'Escaparon en dos motos, en una iba como parrillera una mona de pelo crespo, en la otra los pistoleros', se le escucha decir a un testigo ocular durante la filmación de un video aficionado grabado posterior al atentado.

La última semana de García

De acuerdo con allegados de Andrés Arturo García, este recibió una noticia que lo tenía intranquilo.

Uno de sus amigos resultó herido en un atentado a bala. La persona fue identificada como Jhan Carlos Meriño Gómez, con quien estuvo preso durante 7 meses en la cárcel El Bosque, ambos vinculados a la tentativa de homicidio a dos sujetos el 29 de julio de 2016.

'Yo sabía que algo no estaba bien, porque el temor en él era evidente. Este domingo le recomendé que se mudara, pero me dijo que no, que no me preocupara, que todo estaría bien', contó Rosiris García Miranda, hermana de Andrés.

La Policía Metropolitana trata de establecer si el crimen contra García Miranda está relacionado con el ataque a Meriño Gómez y a su vez con la tentativa de homicidio sucedida en julio de 2016. En este hecho, ocurrido en la calle 45 con carrera 53, Barrio Abajo, resultaron heridos Álvaro José Amador Gutiérrez y Jorge Jiménez Herrera.

Jairo Cantillo, cuñado del asesinado, aseguró que nunca lo vio metido en líos extraños, que si bien estuvo preso jamás le comprobaron nada. 'No hubo pruebas contra ellos y por eso salieron libres', aclaró el pariente, aunque reconoció las anotaciones por hurto que recaían sobre García Miranda.

'Este señor, luego que sale libre (enero de 2017), se mudó a El Bosque y de ahí se cambió de casa otras cuatro veces, lo que nos hace creer que se ocultaba de algo o alguien', puntualizó el general Mariano Botero, comandante de la Policía.

'En esta última casa en la que residía, García tenía instalada una salida trasera, la cual seguramente pensaba emplear en el momento que fuera necesario. Lo que pasa es que en esta oportunidad todo parece indicar que lo ‘pusieron’ para que al atacarlo no pudiera escapar', continuó Botero.

'Desconfío de esa muchacha, porque ella estaba con mi cuñado poco antes del atentado, y justo cuando se va y lo deja solo es que llegan los pistoleros', agregó Jairo Cantillo, quien no recordó el nombre de la susodicha.

La ‘sospechosa’ de la que habla Cantillo al parecer era conocida de Andrés Arturo hacía muchos años, además figuraba como su socia en el negocio de compra y venta de motos que tenía en la terraza de la casa donde sucedió el crimen.