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Alison Fajardo Uriana, hija de la líder wayuu Juana Almazo Uriana, cuyo cadáver fue hallado la semana anterior en la vía que conduce de Uribia a Manaure en el departamento de La Guajira, manifiesta sentir temor por lo que pueda pasar con ella y con su familia después de lo sucedido con su madre.

La joven visitó ayer las instalaciones de EL HERALDO y aprovechó para pedirles a las autoridades que esclarezcan el atroz hecho que cobró la vida de su progenitora.

'Mi mamá fue encontrada sin órganos y totalmente disecada como si llevara mucho tiempo y desde el día que desapareció hasta cuando hallaron su cuerpo solo pasaron tres días', explica.

La joven afirma que es la primera vez que a una mujer de esta etnia le sucede algo como esto y no descarta que, entre todas las posibilidades que hay, se trate de un ataque en medio de una guerra familiar que vive desde hace un año su clan.

'Hace un año me mataron a un tío, hace dos días atentaron contra la vida de un primo y ya tenemos miedo de lo que pueda pasar con toda nuestra familia', reconoce.

Para la joven no ha sido fácil aceptar la muerte de su madre e indica sentirse consternada por la forma en como dejaron su cuerpo. 'De mi mamá solo quedaron las manos y los pies, lo demás estaba descompuesto y en Medicina Legal no dan explicación de que tipo de sustancia utilizaron para dejarla en los huesos', narra Fajardo.

La guerra, al parecer, es familiar y todo se debe, según el relato de la joven, a unas diferencias que se dieron por culpa del exceso de tragos, aunque la joven no acusa directamente al 'clan enemigo'. No descarta que ellos hayan violado el tratado wayuu de no agredir a ninguna mujer en medio de una confrontación entre grupos de esta etnia.

Es la primera vez que se da un caso de este tipo en La Guajira y por presentarse esta situación el clan de la familia de Alison está evaluando la posibilidad de mandar a un ‘palabrero’, quien es la máxima autoridad en esta cultura para este tipo de casos, para hablar con el clan contrario para verificar si estos son los responsables del macabro crimen.

El caso

Juana Almazo desapareció el domingo 24 de septiembre cuando salió de su ranchería Camino Verde hacia el casco urbano de Uribia, donde iba a hacer una diligencia y desde ese momento su familia comenzó una búsqueda exhaustiva que incluyó una campaña por redes sociales para dar con su paradero.

Su hija Alison llamó a esta campaña #UnidosPorLaCausa, y en el marco de esta pedía ayuda a las autoridades y a la ciudadanía para encontrarla con vida, sin embargo, lo que hallaron fue su cadáver.

Este fue encontrado el 26 de septiembre muy cerca del corregimiento El Pájaro, en jurisdicción del municipio de Manaure, por trabajadores de la zona.

En ese momento no se sabía sí se trataba de Juana Almazo, quien trabajaba desde inicios de este año, en la Institución Educativa Camino Verde como coordinadora de convivencia.

Sin embargo el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Barranquilla, hasta donde fueron traslados los restos, confirmó que sí pertenecían a la wayuu después de hacerle una prueba conocida como técnica de recuperación de pulpejos, para determinar su identidad.

Este proceso se logra con la restauración de los tejidos que fueron encontrados adheridos al cuerpo y su reubicación exacta en cada dedo para la posterior recuperación de huellas digitales, hacer prueba dactiloscópica y lograr la identificación de la persona.

Esto fue necesario ya que el cuerpo fue devorado por aves de rapiña y animales, por lo que estaba casi convertido en esqueleto.