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Los apacibles días que caracterizaban a Buenavista, un pueblo a escasos kilómetros de Magangué (Bolívar) pero de territorio sucreño, quedaron atrás desde la captura de los tres presuntos implicados en la muerte del ganadero Emiro Cerro, reconocido por sus animales de lidia.

'En sí su muerte fue un golpe, porque él ayudaba a todo el que lo necesitaba, además hacía pequeñas corralejas en su hacienda ‘La Tentación’, donde todos teníamos entrada gratis. Y además por quienes estuvieron detrás de eso', dijo un nativo.

Hace unas semanas, la Policía llegó a Buenavista a capturar a dos de los presuntos implicados, Mauricio Sierra Payares, el conductor de Cerro, y un joven de 17 años, cercano a su familia.

La gente quedó despavorida cuando vió llegar a la zona cuatro patrullas para realizar el procedimiento. Muchos pensaron que se trataba de algún jefe bacrim o algo por el estilo, aseguró un testigo.

Cuando esto sucedía en Buenavista, en el barrio Venecia de Sincelejo era capturada de manera simultánea Yerlin del Carmen Galindo Durán, de 37 años, esposa de Cerro y madre de sus últimos hijos, de 19 y 12 años.

Emiro y Yerlin

La historia de amor de los Cerro Galindo comenzó cuando la joven tenía 15 años y estudiaba en el Colegio Departamental de Bachillerato de Buenavista. Años antes, ella había venido procedente de Venezuela con sus hermanas menores y, tras la muerte de su mamá, quedaron al cuidado de sus tíos.

Contra viento y marea, a sus 16 años, Yerlin se fue a vivir con el ganadero, que para ese entonces tenía 48. Sin embargo, dicen allegados, no se veían mal, porque la joven siempre aparentó mayor edad.

Ella, una joven amistosa y de buenas relaciones, se movía en el círculo socialque vivía justo en el marco de la plaza, lo que en los pueblos es lo mismo que andar con 'gente de clase'. Él un hombre divorciado, heredero de una de las más grandes fortunas de Sucre; era el segundo hijo del cacique y gamonal conservador Emiro Cerro Arrieta (q.e.p.d.), ex representante a la Cámara y muy cercano a los expresidentes Misael y Andrés Pastrana.

La mayor parte del tiempo a la pareja se le veía junta. Sus días transcurrían entre Sincelejo y Buenavista. Cerro no había optado por la política; dedicaba sus días a la ganadería y al cuidado de sus haciendas: ‘La Tentación’, ‘Barro Blanco’, ‘Cartagena’, ‘La Pista’, ‘La Montañita’ y otras en la ribera del Magdalena, donde se crían una de las más importantes ganaderías de la Región Caribe, ‘La Tentación’.

A lo largo de su relación se dieron varias separaciones, una antes de la muerte del ganadero, pero al tiempo se les volvió a ver juntos.

En medio de los vaivenes de la relación de los Cerro Galindo, en el pueblo, uno de los más pequeños de Sucre, era conocido que el ganadero tenías más mujeres y últimamente se rumoraba que entre su esposa y su conductor había una relación, algunos consideraban que evidente, otros que se limitaba a un asunto laboral.

Otros en la comunidad aseguraban que la familia Cerro tenía conocimiento de la relación paralela de Galindo, incluso uno de los 3 hijos mayores del ganadero, y así fue dado a conocer por la Fiscalía en las audiencias preliminares de la viudaque se iniciaron la última semana de septiembre junto con la de Sierra.

'El hijo de la víctima, Marco Antonio Cerro, manifestó que había escuchado rumores de que entre Galindo y Sierra había una relación sentimental', dijo la Fiscalía Novena Seccional de Corozal, a cargo de Wilson Cohen.