Realizar la tarea de periodista judicial o de crónica roja no es tarea sencilla. De por si la labor implica tener que enfrentarse a muchas situaciones difíciles y esto puede volverse más complejo si se le agrega el componente de la reportería gráfica judicial.
Johnny Olivares Rodríguez es un gran conocedor de este tema. Sus más de 20 años ejerciendo esta profesión en EL HERALDO lo han llevado a desarrollar un olfato periodístico que le permite moverse entre la estética de la fotografía y su amplio recorrido como reportero judicial.
Comprende que cada día es diferente y por eso cada mañana 'se encomienda a Dios' como vaticinando la jornada que le espera, pues al cubrir todos los sucesos judiciales de la ciudad y su área metropolitana entiende que afrontará situaciones difíciles.
Su rutina comienza con un recorrido por diferentes puntos de la ciudad. Su primera parada es una visita a las instalaciones de Medicina Legal. Allí puede permanecer entre media hora y dos horas a la espera de que se presenten nuevos casos que no estén entre los hechos de la agenda.
Suele encontrarse en Medicina Legal con algunos familiares de personas víctimas de algún homicidio o de accidentes de tránsito, que le brindan más detalles de los sucesos. Esto representa el primer desafío de su jornada, pues no siempre se logra obtener la información deseada.
'Se debe tratar de buscar las dos versiones que se dan de una noticia. Normalmente los familiares dan una información que desvirtúa las hipótesis de las autoridades, entonces es el principal desafío, para realizar un trabajo imparcial y que el público pueda sacar sus conclusiones', asegura el reportero gráfico.
El buen trato de la fuente es uno de los aspectos fundamentales para Johnny a la hora de realizar su trabajo.