'Un bacán'. Así denominaban varias de sus víctimas a Juan Carlos Sánchez Latorre, quien se hacía llamar en redes clandestinas como el ‘Lobo Feroz’. El mismo que, posteriormente, se convertiría en el responsable de la peor de sus pesadillas.
Su círculo de acción estaba en las cercanías del Estadio Metropolitano, en la frontera entre Barranquilla y Soledad. Este hombre de 37 años de edad, según informes de la Dijín, publicados por Semana este domingo, habría abusado de por lo menos 500 menores de edad.
Entre 2008 y 2011, Sánchez, quien es tecnólogo de sistemas y para entonces trabajaba en una empresa de Barranquilla, se dedicaba también a fotografiar, grabar en video y compartir en Internet el aberrante material, donde también lo vendía. Las autoridades estiman que las víctimas del ‘Lobo Feroz’, su sobrenombre en las cuentas desde donde compartía la información, fueron 276 niños.
El hombre, oriundo de Barranquilla, fue capturado por agentes adscritos al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) el pasado 1° de diciembre en Maracaibo (Venezuela), sindicado de haber compartido alrededor de 1.450 fotografías de pornografía infantil, tal y como lo publicó en su momento el diario caraqueño El Universal.
Según un comunicado de la entidad, el colombiano estaba pedido en extradición desde el 30 de enero de 2017 por el Juzgado Vigésimo Primero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Bogotá y era acusado 'por producción y distribución de pornografía infantil y abuso sexual'. Está a disposición del Circuito Judicial Penal de la Circunscripción en Caracas, donde se adelanta el proceso para traerlo de vuelta a Colombia.
Sánchez, quien también se identificaba como ‘Sádico13’, de acuerdo con la Dijín, actuaba solo, es decir, el mismo ponía en cámara y editaba los abusos que cometía a sus víctimas, todas menores de 14 años.
La mayoría eran vecinos, e incluso familiares directos. La única niña de la que abusó, según las pesquisas, sería una bebé de tan solo 14 meses de edad. El resto de las víctimas eran niños entre los 8 y los 14 años de edad.
Según las autoridades, citadas por Semana, el ‘Lobo’ ya había sido capturado en la capital atlanticense en 2005 y en 2008, esta última sindicado de acceso carnal abusivo y acto sexual con menor de 14 años, tras una investigación que se le seguía desde años atrás por más de 50 violaciones a niños, seis de los cuales lo denunciaron con sus padres.
No obstante, pocos meses después quedó libre por vencimiento de términos en ambas ocasiones. Las denuncias en contra de Sánchez continuaron llegando y se conocieron de actos que habría cometido en distintas poblaciones del Caribe. No obstante las autoridades, al parecer, investigaron los casos de manera separada, sin atar los cabos de que se trataba del mismo violador.
Modus operandi
Según la investigación que adelantan las autoridades, los niños eran abordados por Sánchez en el centro comercial Metrocentro, en los locales dedicados a juegos de video, donde ‘cazaba’ a la mayoría de sus víctimas.
El ‘Lobo’ era muy hábil para estos juegos y de esta forma se ganaba la confianza de sus víctimas. Los observaba detenidamente y les ofrecía consejos y enseñaba trucos para entablar una conversación con ellos.
A través de esta familiaridad, los convencía de ir a jugar videojuegos a su casa que quedaba a pocas cuadras del centro comercial.
Cuando ya los chicos estaban en su vivienda, les ofrecía una mínima suma de dinero por dejarse tomar fotos desnudos, pero terminaban amenazados con arma blanca cuando se negaban.
Nadie del sector sospechaba de lo que hacía Sánchez. Incluso, vecinos dejaban sus hijos a su cargo.
Las autoridades establecieron que en casos en que los jóvenes ponían en conocimiento lo que había sucedido a sus madres, estas no le contaban a sus parejas –aparentemente por cuestiones de machismo– y pocas se atrevieron a denunciarlo ante la justicia.
Conexión Mexicana
En julio de 2011, las autoridades mexicanas capturaron en un café internet de la capital de ese país a Héctor Faria, a quien le descubrieron centenares de correos, chats, videos y fotografías provenientes de Colombia, de una cuenta de correo cuyo usuario era ‘Sádico13’.
En total había videos de abusos contra 276 menores en hechos que se registraron entre 2008 y 2011.
Entre el mexicano y el colombiano, existen chats en los que se revela como actuaban ambos, y los consejos que intercambiaban para poder continuar su accionar delictivo sin ser denunciados por los niños.
Según los investigadores que observaron los videos, se notaba la violencia empleada por Sánchez y las amenazas con armas blancas de asesinar a los familiares de los pequeños si estos contaban a alguien lo que había ocurrido.
El mexicano pagaba entre 100 y 400 dólares por cada uno de los videos que el ‘Lobo Feroz’ hacía y, a su vez, los revendía a su propia clientela.
Al parecer, Sánchez le enviaba a alias Anthony, fotos de los niños que encontraba en los establecimientos de juegos para que este eligiera a uno de ellos. Inmediatamente establecían el precio a pagar e iniciaba la ‘caza’.
Encontrando al lobo
Juan Carlos Sánchez fue identificado tras varios meses de investigación por parte de grupos especializados de la Dijín.
Por medio de las pocas denuncias que existían en su contra, crearon un mapa de dónde ocurría su accionar delictivo, el cual se estableció en los sectores mencionados, la frontera entre Barranquilla y Soledad.
Esta información la pudieron establecer, dado que una de sus víctimas lo reconoció fotográficamente ante investigadores y señaló la casa en donde habría ocurrido su abuso.
Las autoridades conocieron que sus allegados se comunicaban con un número telefónico con señal en la ciudad de Maracaibo, Venezuela.
Fue finalmente detenido en el sector La Cumbre de la capital del departamento de Zulia, tras la colaboración entre los policiales de ambos países. Al momento de su aprehensión, agentes de la Interpol manifestaron que lo hallaron a las afueras de un parque infantil.
El ‘paseo’ de un proceso por 11 juzgados
En la consulta de procesos de la Rama Judicial aparece el nombre de Juan Carlos Sánchez Latorre asociado a un proceso penal que cursa en el Juzgado 21 Penal Municipal con funciones de Control de Garantías de Bogotá.
Curiosamente, en el proceso es señalado de los delitos de rebelión, sedición y asonada. Los tiempos y la ubicación del proceso coinciden con el caso del ‘Lobo Feroz’, pues las investigaciones las ha llevado la Dijín desde Bogotá y la historia procesal comienza el 8 de febrero de 2011, cuando entró al Centro de Servicios Judiciales (CSJ) de Paloquemao en la capital de la República para reparto por primera vez.
Durante los seis años siguientes, el atestado desfiló por once juzgados penales municipales de Bogotá hasta llegar finalmente al Juzgado 21. Varias de las anotaciones referentes a actuaciones aparecen restringidas, algo que podría obedecer a la naturaleza de las víctimas, pues todas son menores de edad.
El proceso también da cuenta de una interceptación de comunicaciones, actuación que se realizó el 30 de mayo de 2011, y que se habría solicitado por parte de los investigadores del caso. El nombre de Sánchez Latorre no aparece vinculado a proceso penal alguno en juzgados de Barranquilla o el Atlántico, pues la digitalización solo opera desde 2011.